Reclaman mejores precios y horarios para un AVE que defrauda

H. Jiménez
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Hosteleros, comerciantes, la Cámara o FAE valoran la consecución de la infraestructura y coinciden en pedir incentivos a un uso lastrado por la falta de continuidad hacia el norte. Las primeras semanas se ven empañadas por retrasos o averías

Reclaman mejores precios y horarios para un AVE que defrauda - Foto: Alberto Rodrigo

La sensación generalizada es contradictoria. Por un lado, satisfacción por la consecución de una infraestructura largamente demandada por la ciudad y que, por fin, desde este verano es una realidad. Burgos es una 'ciudad AVE', puede vender esa marca, puede aspirar a conseguir eventos y congresos que exigen la presencia dentro de la red del tren de alta velocidad y eso ya no se lo quita nadie. Hay trenes que conectan con Valladolid en 36 minutos y con Madrid en 1 hora y 32 y semejante avance supone un salto de calidad para un servicio ferroviario que estaba moribundo.

La otra cara de la moneda, sin embargo, está siendo un arranque a medio gas, decepcionante para la ingente cantidad de dinero público invertida. El AVE 'puro' solo tiene una frecuencia diaria (ida a primera hora de la mañana y vuelta a última hora de la tarde) y los precios más allá de los bonos con descuentos extraordinarios resultan caros para una familia o para juntar a varios miembros de una empresa. Además, desde el 22 de julio que subieron a bordo los primeros viajeros (el jueves se cumplieron los dos meses) ha habido al menos una decena de incidencias por problemas técnicos de diversa índole o por pura mala suerte.El impacto turístico de momento es nulo, o mínimo al menos. Se trata de un tren 'político', más pensado para ir a Madrid que para que los madrileños vengan a Burgos, ciudad que por otra parte arrastrará siempre el peaje de haber situado la estación tan fuera del centro  que su lejanía dificulta enormemente el desplazamiento hacia el entorno histórico.

Pese a que se construyó al mismo tiempo que la línea Venta de Baños-Burgos, el enlace con Palencia que permite prolongar los viajes hacia León o Galicia, ahorrando una media hora de tiempo de trayecto, sigue sin ponerse en servicio porque no se ha completado la formación de maquinistas. Tampoco hay billetes combinados que permitan garantizarse un mejor precio y una reserva de asiento en trenes que vayan hacia el levante o el sur.
Y de igual manera no se dispone de rutas hacia la costa que circulen más allá de Madrid sin tener que bajarse del vagón. El 13 de septiembre Renfe implantó nuevos servicios a Alicante desde otras ciudades cercanas como Palencia, Zamora, León o Valladolid pero no desde Burgos, en una discriminación que deriva de la falta de atractivo de la línea burgalesa porque no tiene continuidad hacia el País Vasco mediante alta velocidad.

Porque, sobre todo, quedan muchísimos años para que se complete el AVE entre Burgos y Vitoria que daría verdadero sentido a la infraestructura, al conectar con una población de 2,5 millones de personas, con las tres capitales vascas y con la frontera francesa que a su vez es la puerta de Europa.

A la espera de esa conexión, los datos son todavía modestos. La diputada del PSOE por Burgos, Esther Peña, explica que en estos dos meses habrían utilizado el AVE en el trayecto Burgos-Madrid y viceversa 5.584 personas, lo que teniendo en cuenta que solo circula 6 días a la semana da una media de un centenar por trayecto. Fuentes ferroviarias añaden que ha habido días con 120 pasajeros y otros con poco más de 70. A medida que el mes de septiembre avanzaba la tendencia ha sido creciente, pero sigue siendo muy tímida.

Con estos ingredientes sobre la mesa, las sensaciones que transmite el empresariado burgalés no pueden ser sino agridulces. Todos los colectivos consultados subrayan que el mero hecho de contar con una línea de alta velocidad es positivo. Y todos, rápidamente, añaden un «pero»: hay muchas cosas que mejorar.

90 euros sin abonos. Para empezar, y a la espera de que la extensión de la línea para la que quedan muchos años de obras, se refieren a las frecuencias y a los precios: desde la Confederación de Asociaciones Empresariales FAE reclaman otras franjas horarias en las que poder viajar a verdaderas velocidades AVE. Aplauden la salida de las 7 de la mañana hacia Valladolid y Madrid, que permite ir a trabajar o a reuniones, pero consideran demasiado tardía la vuelta que no llega hasta las 21,18 de la noche a la terminal Rosa Manzano. Y advierten que con precios que se pueden ir a los 90 euros ida y vuelta (billetes sueltos sin comprar bonos), no son competitivos para profesionales liberales o directivos de empresas, sobre todo si tienen que viajar varios de forma simultánea y pueden compartir un coche de empresa. Por ello, reclaman también «costes más competitivos».

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