Trato de estar atento a lo que pasa en mi entorno tanto en lo que concierne a las personas como a las cosas. Empezando por las personas, me ha llamado mucho la atención el titular de una de las columnas publicadas por DB hace unos días: «Más calabazas que crisantemos». Un gran titular que evoca con precisión la intención del columnista, Juan Manuel Pérez. Parece que el origen está en el privilegiado observatorio que tiene del asunto uno de los floristas de la ciudad. En efecto, los que hemos vivido el Día de Todos los Santos con la aprensión producida por la perspectiva de ir al cementerio a la tumba de la familia estamos en franca retirada. Incluso física. Ahora es Halloween, y es una fiesta. Se trata de hacer una especie de carnaval monotema con el asunto de los muertos, zombies y demás. Por supuesto, importando una fiesta a la que nos hemos entregado sin la menor reserva. Es un episodio más de nuestra falta de personalidad, dejándonos fascinar por lo que decide ese gurú americano prescriptor de nuevas tradiciones.
Dentro de unos días viviremos otro de los hitos de esta colonización imparable, el arrollador Black Friday, por no hablar del superinstalado Papá Noel. «Más Papá Noel que Reyes Magos», ese sería el titular. Supongo que en el fondo la motivación es mucho más trivial. Se trata de que dupliquemos nuestro impulso consumista compatibilizando el viejo mundo con lo nuevo que aparece en el mercado.
Y por lo que se refiere a las cosas, me detengo en la propuesta que hace otro de los columnistas de DB sobre aunar fuerzas burgalesas para hacer una manifestación de protesta por lo que parece es un agravio de los poderes públicos durante décadas contra nuestro querido Burgos. Sobre todo comparando con alguna de las ciudades vecinas. Dando por supuesta la buena intención del promotor, la verdad es que lo de la manifa lo veo un poco arriesgado conociendo nuestro escaso entusiasmo y la incógnita meteorológica. Quien hace la propuesta sabe perfectamente que lo que realmente funciona es una hábil gestión de las redes capaz de sumar a una causa miles de adhesiones en tiempo récord independientemente del mínimo análisis previo exigible para tomar una decisión. ¿El titular? «Más virtual que presencial». Es más cómodo y se pasa más desapercibido.