Las paredes desconchadas y el techo hundido de las dos capillas que se ubican en el cementerio de Sasamón muestran la dejadez durante años en este espacio y ahora el Ayuntamiento acometerá una intervención para mejorar todo el acceso. Además de las dos capillas, a ambos lados de la entrada general, se pretende sanear toda la zona de acceso para que luzca un aspecto totalmente renovado y evitar el peligro que pueden suponer ahora los desprendimientos.

Tras abrir la enorme puerta de la entrada al camposanto se comprueba rápidamente que el buen aspecto que presenta el exterior, con una piedra en buenas condiciones y un entorno cuidado gracias a la combinación de vegetación y asfaltado, nada tiene que ver con un acceso en el que queda patente el paso de los años. La madera que cubre la zona de la puerta, que abarca ese espacio que se debe atravesar entre las capillas -donde enterraban a los curas- situadas a ambos lados, presenta deficiencias y supone un peligro que se arreglará definitivamente con un presupuesto de 10.000 euros.

«Cuando vienes al cementerio y ves como está todo esto con goteras... igual cualquier día se te viene abajo», lamenta Fernando Sadornil, alcalde de la localidad. Los trabajos que se van a llevar a cabo de forma inminente consistirán en la sustitución de las maderas antiguas en mal estado por otras nuevas, la colocación de las tejas y el acondicionamiento de las paredes mediante una capa de pintura. Además, también de cara al futuro se planea reformar el suelo de ese punto para dejarlo liso y en perfectas condiciones para acabar con el desgaste que sufre.

El arco de San Miguel está a la espera del rejuntado. A tan solo unos metros del cementerio de Sasamón se ubica el arco de San Miguel de Mazarreros, que se comenzó con su restauración pero aún no se ha finalizado. El objetivo inicial pasaba por intervenir en el arco sin alterar las características que le hacen único, pero los tareas que se llevaron a cabo se limitaron simplemente a eliminar la vegetación de la parte superior. Queda  concluir su consolidación después de que no se hayan llevado a cabo todos los trabajos previstos. Por tanto, no se ejecutó lo acordado y se limitó a la limpieza. 

Ahora desde el Ayuntamiento se pretende que la empresa encargada de la obra concluya cuanto antes el rejuntado y retire la caseta de obra de la zona para que el único vestigio que queda en pie del antiguo poblado de San Miguel de Mazarreros pueda lucir con todo su esplendor. La base del arco contaba con humedades y también se requería el acondicionamiento de algunas piedras desprendidas. De momento, el entorno se dejará igual y sin iluminar.