Cae la incidencia de la mayoría de enfermedades infecciosas

GADEA G. UBIERNA
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Entre las de transmisión aérea solo hay aumento de paperas, que siguen disparadas en los veinteañeros por «eficacia limitada» de la vacuna que recibieron en la infancia y pubertad

La menor interacción social y el uso de las mascarillas ha producido un descenso significativo de notificaciones de la mayoría de las enfermedades infecciosas. - Foto: Valdivielso

Las notificaciones de varicela, meningitis bacterianas y víricas,  tuberculosis, gripe o de enfermedad invasiva por neumococo, así como de otras enfermedades infecciosas de transmisión área se han reducido desde el comienzo de la pandemia por coronavirus; en la mayor parte de los casos debido a la menor interacción social y al uso de mascarillas, que minimizan los contagios. El servicio territorial de Sanidad solo ha detectado un ligero incremento de la tosferina, «que se transmite en el ámbito de los hogares» y, sobre todo, de las paperas. Solo en 2020 (último año con datos cerrados) se declararon 277 casos, que son el doble de los notificados en 2019 (136).

La infección por el virus de la parotiditis va en aumento desde 2017 en toda Castilla y León (y en otros puntos del país) y afecta, sobre todo, a veinteañeros que recibieron una vacuna «de eficacia limitada» cuando eran niños y adolescentes.

Las paperas son, como la covid o la meningitis, una enfermedad de declaración obligatoria y urgente, que se caracteriza por la inflamación de la parótida u otras glándulas salivares y, según la Consejería de Sanidad, puede darse en un lado de la cara o en los dos. Es típica de la infancia y casi siempre leve, pero el riesgo de complicaciones se incrementa si la infección se produce en la edad adulta. Las más frecuentes suelen ser la inflamación de los testículos o de los ovarios y el páncreas, pero también puede darse en el cerebro y llegar a provocar meningitis.

De ahí que en 1981 se decidiera incluir la vacuna contra las paperas en el calendario infantil, en la denominada vacuna triple vírica: sarampión, rubéola y paperas. La pauta es doble y se ha ido modificando con el tiempo; ahora el primer pinchazo se pone a los 12 meses y el de recuerdo a los 3 años, pero en principio era a los 15 meses y a los 11 años. Así, personas vacunadas en Castilla y León en 1996 y entre septiembre de 1998 y marzo de 1999 recibieron un tipo de vacuna que a finales de ese último año se retiró, según Sacyl porque se constató «su menor eficacia en la protección frente a la parotiditis» que otras que había en el mercado y que la sustituyeron.

De ahí que el aumento de incidencias entre veinteañeros que se está detectando se atribuya a lo que en el servicio territorial de Sanidad consideran «limitación de eficacia de la vacuna triple vírica» en esos períodos concretos. Habrá que ver si una vez que se cierren los datos de 2021, año en el que se ha recuperado interacción social, se mantiene el alza de esta infección o si se ha vuelto a controlar. 

Media de 5 años. Fuentes oficiales de Epidemiología de la Junta afirman que, siempre con datos consolidados (2020), se ha comprobado que hay descenso con respecto a la media de casos de los últimos cinco años en las enfermedades invasivas por haemophilus influenzae (1 caso) y por neumococo (13 casos), así como en meningitis bacteriana (2 casos) y meningitis vírica (2 casos), tuberculosis (34), gripe (4.199 casos) y varicela (14 casos).

La incidencia de esta última enfermedad ha caído en picado desde que Sacyl administra la vacuna. 

También hay descenso en las de transmisión sexual. El servicio territorial de Sanidad ha confirmado el descenso de notificaciones de la mayoría de enfermedades de transmisión aérea y de declaración obligatoria (la gripe, la tuberculosis, la varicela...) desde el comienzo de la pandemia, pero también en las de transmisión sexual. La excepción en este caso son las infecciones por clamidia, de las que el año  pasado (último con datos cerrados) se notificaron el doble que en 2017: 14.

Las causas para el descenso de las enfermedades de transmisión sexual son el confinamiento domiciliario, el miedo a la covid y, más indirectamente, el toque de queda y las restricciones al ocio nocturno. Aún así, las notificaciones por gonorrea se mantienen estables (17 casos en 2020, igual que en 2018 y 2019).

Las hepatitis B y C han caído (3 casos confirmados en sendas patologías) y también ha habido descenso en la sífilis (18 casos) y el VIH (16 notificaciones). Esta por ver si la tendencia se mantiene en 2021.