La pandemia mejora pese al fin del estado de alarma

H.J.
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El efecto de las vacunas compensa el incremento de la interacción social o la movilidad entre territorios y logra que tanto la incidencia como la presión hospitalaria bajen con fuerza en las últimas cinco semanas

La inmunidad paulatina de la población está teniendo efectos claros en la contención de la transmisión - Foto: Luis López Araico

El final del estado de alarma y el consiguiente levantamiento de las restricciones no han traído las malas noticias que temían quienes abogaban por una desescalada más lenta con el objetivo de preparar mejor el verano contra la covid.

La vacunación masiva a la que está siendo sometida la población, en una campaña sanitaria nunca antes vista, demuestra cada día sus efectos positivos y permite que todos los llamados "indicadores de riesgo" hayan evolucionado favorablemente en la provincia de Burgos a lo largo del último mes.

Desde el 9 de mayo, fecha en la que decayó el toque de queda o los cierres perimetrales de las comunidades autónomas, los datos que permiten realizar un seguimiento más exhaustivo de la covid reflejan una clarísima mejoría en todos los aspectos.

La incidencia a 14 días, que recoge el número de casos por cada 100.000 habitantes en ese periodo y que ha sido el más utilizado por la administración para valorar la situación de la epidemia, estaba en 308 hace poco más de un mes, cuando Burgos se destacaba negativamente y con claridad en el conjunto de Castilla y León. Por contra, según los últimos datos de este sábado, ahora se sitúa en los 119.

La incidencia a 7 días también ha caído desde los 142 hasta los 56,20, a casi un tercio, en una proporción similar a la de 14 días.

Más aún se nota la mejoría entre los mayores de 65 años, un grupo ya vacunado por completo de primeras dosis y que en las próximas semanas completará la pauta con la segunda inoculación en la franja de 60 a 69, porque los mayores de 70 ya la han finalizado.

En este caso, a comienzos de mayo su incidencia a 14 días rondaba los 218 y ahora está por debajo de 30 mientras la incidencia a 7 días ha descendido desde los ciento y poco hasta los 16,32, una cifra cercana a la erradicación de la enfermedad (en Soria, por ejemplo, los mayores de 65 años llevan dos semanas con cero casos).

Los datos epidemiológicos acaban teniendo su reflejo a nivel hospitalario, el gran caballo de batalla de esta pandemia puesto que cuando se ha desbocado ha sido capaz de colapsar todo el sistema, obligando a suspender operaciones y llenando plantas enteras. Y si el número de casos se ha contenido, también lo ha hecho la ocupación de los grandes centros sanitarios.

El día 9 de mayo el Hospital Universitario de Burgos, el Santiago Apóstol de Miranda y el Santos Reyes de Aranda sumaban 70 personas hospitalizadas en planta con coronavirus, lo que suponía una ocupación del 7% de sus camas. Hoy en día solo quedan 17 (menos del 2 por ciento) y la tendencia sigue claramente a la baja.

En cuanto a las unidades de críticos, que solo existen en el HUBU, el día que se levantó el estado de alarma atendían a 19 personas por covid (un 21% de su capacidad), mientras que hoy permanecen en la UCI 12 (en torno al 14% de su capacidad máxima).

El resto de indicadores que ofrece la Junta de Castilla y León para el seguimiento y análisis de la pandemia también presentan un comportamiento positivo a lo largo de las cinco semanas que llevamos sin estado de alarma.

Positividad y trazabilidad. La positividad, que mide el porcentaje de test en los que se encuentra el virus en relación al total de pruebas realizadas, está actualmente en algo menos del 6% frente al 9% de hace cinco semanas.

La trazabilidad, o tanto por ciento de casos cuyo origen puede rastrearse, ha ascendido desde el 53% al 56,54% por ciento. Es una mejora, pero aun así le queda camino por recorrer y es a día de hoy el único indicador de la provincia de Burgos, junto a la ocupación de las UCI, que permanece en la horquilla del riesgo medio (para pasar al bajo habría que superar el 65%).

Presenta además un comportamiento muy irregular que provoca constantes altibajos entre una jornada y otra, y sigue siendo con diferencia la peor provincia de la Comunidad Autónoma en cuanto a este indicador.

Finalmente, el llamado "número reproductivo básico instantáneo", que indica la cantidad de personas que es capaz de contagiar cada positivo, ha pasado del 0,97 al 0,88. Son solo unas décimas de diferencia, pero todo lo que esté por debajo de 1 indica una tendencia bajista en la evolución de la pandemia.

En definitiva, un balance indudablemente positivo de esta última temporada sin estado de alarma. Nos movemos y nos juntamos más, pero el traslado de la actividad al aire libre aprovechando las jornadas de buen tiempo y, sobre todo, la vacunación masiva a partir de los 50 años, está logrando controlar día a día la pandemia.