Noa Heinemann: "Los israelíes innovamos por necesidad"

G. ARCE
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Entrevista con la directora de la Misión Económica-Comercial de la Embajada de Israel

Noa Heinemann: - Foto: Gideon Sharon

Más de 10.800 empresas emergentes creadas, una tasa del paro del 3,2% [la española alcanza el 13,5%] y la mayor concentración de inversión de I+D, capital riesgo y start-ups per cápita del mundo. Esta es la carta de presentación de Israel y la base sobre la que Noa Heinemann, directora de la Misión Económica y Comercial de la Embajada de Israel en España, hablará este miércoles 25 (19,00 horas) en el Foro Hubers, impulsado por la Fundación Círculo Burgos, los empresarios de Villalonquéjar (AEPV) y 12 Estrategia Digital. De orígenes familiares argentinos, la ponente ha ocupado diversos cargos representativos en el ámbito comercial en China del Sur y en el Ministerio de Economía e Industria en Jerusalén-Israel. En Madrid, trabaja para impulsar los lazos empresariales entre su país y España.

¿En qué situación está la economía israelí? 

Hemos recuperado los niveles previos a la pandemia. Nuestra situación es buena, con una tasa se paro a cero en el sector de la alta tecnología. Es un buen indicador de que ha habido cambios y de que mucha gente ha cambiado de trabajo y se ha adaptado a una nueva situación.

¿Por qué son ustedes un referente en emprendimiento empresarial? 

Israel es hoy un ecosistema, nos conocen como Start-up Nation, el país donde comenzó el emprendimiento con las pequeñas empresas innovadoras. Hoy somos una ciudad de innovación, que se ha ido creando con la suma de todos los retos que ha afrontado este país a lo largo de su historia. Somos un país pequeño [apenas 22.000 kilómetros cuadrados] y próximo a una zona desértica. Ante la falta de lluvias, necesitábamos soluciones para captar agua para la agricultura o el consumo humano. De esta necesidad surgieron muchas tecnologías vinculadas a la desalinización del agua. Hoy trabajamos en muchas ciudades del mundo con estas tecnologías. En el sector del agua disponemos de más de 250 empresas y contamos con 350 plantas de desalinización en más de 40 ciudades. Somos 8,5 millones de habitantes y para desarrollarnos apostamos por el comercio exterior, por las nuevas tecnologías. Sí, muchas tienen su primera aplicación en temas de defensa, pero también hemos aprendido a traspasar estos conocimientos de un sector a otro, de unos usos a otros.

La necesidad impulsa la innovación y el empredimiento.

Así empezó nuestro ecosistema, de la falta de oportunidades y de la resolución de los retos que teníamos que afrontar. En el ADN de los israelíes está el afrontar continuos retos.

¿Cuál es su modelo de emprendedor? 

Hay de muchos tipos de emprendedores. Algunos han logrado el éxito y continúan creciendo para lograr más, porque su interés no es solo el crecimiento económico, sino el reto personal por crear buenas soluciones que mejoren el mundo. Son emprendedores que saltan entre sectores, que parten, por ejemplo, de la telefonía móvil y acaban en el ámbito sanitario. Muchos emprendedores salen de la gran experiencia adquirida en su etapa en el Ejército. Otros muchos han estudiado informática e ingenierías, que es lo que está demandando el mercado. En Israel, aquel que tiene una buena idea puede desarrollarla y hacerla realidad dentro del ecosistema emprendedor del país, hablando y colaborando los unos con los otros. Somos un país pequeño, aquí nos conocemos todos y los contactos son más fáciles.

¿Qué papel juegan el Estado y las ayudas públicas? 

En nuestro país funciona el Israel Innovation Authority, que gestiona y decide el reparto de las ayudas. Este organismo es responsable de la política de innovación de Israel. Es una entidad pública independiente e imparcial que opera en beneficio del ecosistema de innovación y la economía israelí en su conjunto. Nuestro Gobierno facilita el mercado, pero no lo lidera; apoya a la industria y tiene más presencia en aquellos ámbitos donde hay menos tecnología. Soporta todas las tecnologías y en todos los niveles, desde las start-up a las grandes empresas. También realiza un gran esfuerzo para conectar las academias con la industria, una unión muy importante.

¿Es posible exportar esa mentalidad emprendedora a otros países? 

En la Embajada de España trabajamos para ayudar y acercar nuestra tecnología a empresarios españoles. Estamos abiertos a cooperar en campos como la tecnología financiera, de telecomonicaciones, de ciberseguridad, de agricultura de precisión, de sanidad, de energías renovables o de alimentación y deporte, entre otros muchos otros. En España trabajamos en colaboración con el CDTI, el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial. Tanto Israel como España son miembros activos en varios Programas Europeos de I+D+i vinculados al cambio climático, a la investigación o el desarrollo industrial y tecnológico, entre otros.

¿Conoce la realidad del emprendimiento en España? 

Creo que ha mejorado mucho en los últimos años, eso es lo que me está llegando, pero personalmente todavía no tengo una opinión formada por el poco tiempo que llevo en el cargo en España. Mi presencia en Burgos también incluye la visita a empresas de la ciudad y encuentros con las autoridades locales para abordar esta cuestión. Nos interesan empresas que quieran trabajar con Israel, que busquen colaboraciones en proyectos conjuntos.