Sin Sampedros y quizá unas minifiestas a finales de agosto

I.L.H.
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Si la crisis lo permite, serán entre el 27 y el 30 y el Comité de Fiestas decidirá el programa. Prevén contar con toros

A los Gigantillos -como al resto- no les queda otra que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos. - Foto: Alberto Rodrigo

Ya es un hecho. Este año no habrá Sampedros en junio, ni romería y Noche Blanca en mayo, ni Curpillos. El Instituto Municipal de Cultura ha decidido suspenderlos con el apoyo de todos los partidos por la imposibilidad de celebrarlo en sus fechas. Pero, para que los burgaleses tengan una manera de «congratularse y retomar el pulso a la ciudad» y a modo de agradecimiento por la difícil situación del estado de alarma, el IMC plantea unas celebraciones alternativas del 27 al 30 de agosto. No pueden llamarse fiestas de San Pedro y San Pablo, pero en la medida de lo posible mantendrán algunos de sus actos.

Aún así, estas celebraciones las han anunciado con todas las cautelas que una crisis sanitaria como la del coronavirus exige. «No deja de ser una declaración de intenciones.Pero tenemos que tener una previsión y una organización dentro de lo que sea posible y razonable», explicó ayer la concejala de Festejos, Blanca Carpintero, que también contó que fue apoyado por todos los partidos salvo por el PP que se abstuvo.

De cara a la elaboración de ese programa la concejala lo deja en manos de la Comisión de Fiestas, que integran partidos, peñas y fajas, Comité de Folclore y hosteleros: «Queremos que sea fruto de un consenso». Preguntada por aquellos actos que cree que se podrían mantener habló de la proclamación de la corte 2020, «porque más allá de las fiestas mayores hay otras celebraciones a lo largo del año que cuentan con representación» o la interpretación del Himno a Burgos «con las debidas medidas de seguridad». En cualquier caso, las actividades «deberán estar supeditadas a las circunstancias más allá de las voluntades que podamos tener».

Sobre el por qué de esas fechas  concretas Carpintero explicó que entre otras cosas se debe a que quieren que los escolares estén de vacaciones y, dado que hay quien afirma que probablemente se adelante el inicio del próximo curso, han optado por el último fin de semana de agosto. Además, dijo, está también la climatología y el hecho de que septiembre ya tiene una agenda cultural bastante llena.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)