El apoyo al comercio de proximidad y la búsqueda de iniciativas que permitan dinamizar el sector dando a la vez vida a las calles de la ciudad es uno de los objetivos de la asociación de empresarios Centro Burgos. Tras anunciar que retomará el mercadillo callejero (Mercado Olé) a finales de este mes, acompañado de actividades artísticas y lúdicas, la entidad tiene de nuevo encima de la mesa una propuesta que se remonta al año 2013 y que han rescatado con la firme intención de que, en esta ocasión, pueda ponerse en marcha. Se trata de la apertura de una tienda 'outlet' de forma permanente y de carácter rotativo en la que los negocios de esta zona puedan vender sus excedentes de cada temporada sin tener que esperar a las ferias de estocaje.
Ha sido, precisamente, el éxito de la última muestra de excedentes, que la agrupación celebró de manera conjunta con la de Zona G de Gamonal en el patio exterior del monasterio de San Juan, lo que ha llevado a Centro Burgos a retomar esta idea aprovechando ese tirón y como alternativa a la proliferación de establecimientos de artículos de segunda mano, incluidas las plataformas online. «Pensamos que se trata de un proyecto innovador porque no existe nada parecido en los centros comerciales abiertos del resto de España», explica la gerente de la entidad, Belén Marticorena, quien aporta más detalles sobre la forma de gestionar la iniciativa.
Por un lado, precisa que sería la asociación la que se ocuparía del alquiler del local, que como mínimo tendría que tener una superficie de 40 metros cuadrados. Y, por otro, se plantea la contratación de una o dos personas para atenderlo, así como de equipos informáticos que faciliten la rotación y facturación de los establecimientos. En principio, estaría solo abierta para los comercios asociados, principalmente los del equipamiento de la persona (ropa, calzado y complementos) por ser a los que más problemas les planea la acumulación de excedentes, si bien no es excluyente a cualquier otro sector.
Todo este concepto de negocio 'outlet' supondría un presupuesto de en torno a los 50.000 o 60.000 euros. Se contaría para sufragarlo con las aportaciones de los empresarios participantes, que se turnarían por periodos limitados de un mes, aunque para sacar adelante la propuesta sería necesaria la implicación del Ayuntamiento. Marticorena avanza en este punto que el proyecto se presentará al nuevo equipo de Gobierno que salga de las urnas en las próximas elecciones municipales del 28 de mayo con el fin de firmar un «convenio específico» para su implantación.
Más allá de esta colaboración, la gerente de Centro Burgos considera que las características de la iniciativa permitirían que pudiera concurrir a distintas convocatorias de subvenciones, ya sean de alquiler de locales, de creación de empleo o, incluso, de innovación. En cualquier caso, el objetivo pasa por que se materialice en 2024, con una duración mínima en el tiempo de un año para que resulte rentable, y que no quede en el olvido, tal y como ocurrió hace una década.
Además de facilitar la salida de la mercancía de temporada que no se ha vendido, la propuesta, según recuerda Marticorena, supondría un impulso al consumo al abrir la posibilidad a los consumidores de acceder a artículos de tiendas que no suelen frecuentar en su recorrido comercial por el centro, mientras que estas tendrían la opción de ampliar su cartera de clientes.