Un flechazo sin una primera vista

S.F.L.
-

El jerezano Alberto Atienza publica su primera novela 'El despertar de las lechuzas', ambientada en Briviesca. Se enamoró de la ciudad al ver un vídeo en YouTube sobre la festividad de La Tabera pero nunca la ha visitado

Alberto Atineza trabaja en el diario digital andaluz elMira.es en el departamento de publicidad y como redactor. - Foto: DB

«Puede que resulte curioso enamorarse de una localidad sin haber callejeado por su centro, sin haber conocido sus atracciones turísticas, los rincones con más encanto o su gente pero he sufrido en mis propias carnes ese sentimiento con Briviesca», manifiesta Alberto Atienza, un vecino jerezano que presenta su primera novela, El Despertar de las lechuzas, cuya trama principal se desarrolla en la capital burebana.

Un flechazo en toda regla que surgió a través de la pantalla de un ordenador mientras el gaditano, que ha dedicado casi siete años en escribir su primera obra literaria, investigaba diferentes pueblos y ciudades para ambientar su historia. «Esta ciudad se caracteriza por un atractivo inmenso y me resultó irresistible por lo que la conexión fue rápida, intensa y arrebatadora. Mientras mis pupilas se deleitaban con un reportaje sobre la festividad de La Tabera y un recorrido por el municipio supe que era mi ciudad, en la que mis letras querían jugar», confiesa el escritor.

Durante el proceso creativo de la novela nunca pensó en lo que dirían los críticos y jamás escribió pensando en las opiniones. El autor, licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra y que ha centrado su actividad profesional en el sector de la publicidad en importantes medios de comunicación, persiguió en todo momento una idea bastante clara de lo que quería contar y cómo quería realizarlo.

El ingenio con las palabras se fue desarrollando cuando Alberto Atienza era un niño. Con unos siete años ya redactó sus propios cuentos y relatos y aunque desde siempre se había planteado el reto de escribir una novela, no se veía con la paciencia necesaria para terminar con tal labor. La historia que narra en su primer trabajo novelístico comenzó a forjarse hace mas de una década. Se la contó a una  joven mujer y ella fue quién le animó a escribirla. A lo largo del tiempo ha sido «la que ha sufrido las interminables horas que he dedicado a pensar y ha hablar sobre el relato, alentándome a continuar cuando estaba a punto de abandonar la escritura. Si la he terminado es en gran medida gracias a ella. Su nombre es Genoveva y llevo 9 años casado con ella», expone.

El despertar de las lechuzas no se trata estrictamente de un texto autobiográfico, sino más bien una autobiografía ficticia porque no se basa en la vida del jerezano. «Yo nunca he vivido la historia de mis personajes», añade.

Asimismo, reconoce que hay muchísimo de él en los protagonistas, de tal manera que «sí se podría decir que es una especie de alter ego mío», confiesa. Entre las páginas se oculta una fuerte dosis de personalidad en las que el autor explica que ha puesto «corazón, entrañas, pensamiento, alma y hasta dolor vital».

Al estructurar la novela de la forma en que lo ha realizado busca un objetivo claro: que el lector se identifique con el protagonista y las personas que le acompañan a lo largo de su vida y que además comprenda la evolución de los personajes a lo largo de los años.

La historia la protagonizan Alicia, una joven de quince años que se queda embarazada de Jaime, su fisioterapeuta, un hombre casa de mediana edad que al conocer la noticia la obliga a abortar. Cuando la adolescente decide dar el paso, el destino da un giro inesperado. La noticia de la muerte de su tío Raúl, de quien desconocía su existencia, la obliga a viajar a Briviesca para asistir al funeral, un viaje que cambiará por completo su vida. «Considero que no corresponde a una novela romántica al uso, ni de misterio sino que es muchísimo más que eso. Es un relato de vida», testifica el escritor.

La obra se publicó a finales de febrero pero la promoción no pudo llevarse a cabo porque el coronavirus llegó a la vida de los españoles para quedarse. Le suspendieron varios actos programados en Cádiz y únicamente ha podido hacer publicidad a través de las redes sociales, donde múltiples personas se han hecho eco de su existencia. Curiosamente, el gaditano no conoce personalmente Briviesca pero pretende acercarse en cuanto pueda, junto a su esposa y su hija de ocho años. Además, se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de la capital burebana para negociar una presentación en los próximos meses, «cuando la situación esté un poco más calmada», afirma.

Atienza se encuentra enfrascado en una nueva novela que, según puede adelantar, lleva muy adelantada y le tiene realmente ilusionado. Un trabajo que engloba el misterio pero con rasgos algo atípicos.