Un tercio de los vecinos opinan del sueldo de la alcaldesa

I.M.L.
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Los participantes en la consulta veían en la convocatoria una buena iniciativa pero eran cautelosos a la hora de confesar el sentido del voto. El resultado se dará a conocer mañana en un pleno extraordinario

Un matrimonio deposita sus votos en la urna prevista para la consulta popular, después de dejar registrados sus datos en la mesa de control. - Foto: Christian Castrillo

Dos semanas después de la cita regional con las urnas, los vecinos de Castrillo de la Vega participan ayer en la consulta popular para dar su opinión sobre tres temas municipales. Una cabina para elegir su voto con privacidad, dos mesas con las papeletas y los sobres, y una mesa electoral, donde se identificaban los participantes con su DNI para confirmar que tenían derecho a opinar por estar empadronados en el municipio y ser mayores de edad y la urna de rigor, que quedó precintada a la espera del recuento público que se hará mañana a las 10:30 horas.

Algo más de 450 personas tuvieron la oportunidad de participar en esta consulta popular, y a hora y media del cierre de la urna ya habían pasado por allí más de 120 castrillenses, por lo que la participación rondó el tercio de los llamados a este referéndum. Una cifra que se queda lejos del índice de participación de la última cita electoral en este municipio, la del 13 de febrero, que alcanzó el 62,45%. El Ayuntamiento se negó a facilitar la participación definitiva, dilatando la comunicación de ese dato hasta el momento del recuento.

La alcaldesa, Florence Amar, que estuvo registrando el voto de sus vecinos, no especificó que índice de participación mínimo sería tenido en cuenta para hacer caso al resultado de la consulta y comentó que este referéndum era informativo, para ver qué piensan los vecinos y tener una indicación a la hora de tomar las decisiones.

Los que acudían a votar formaban corrillos a la entrada o la salida del Consistorio, pero se guardaban muy mucho de expresar el sentido de su voto. Los pocos que se atrevían a pronunciarse públicamente lo tenían claro. "No, no y si", resumía caligráfico un vecino, expresando su oposición a que se asignase un sueldo a la Alcaldía y a que se comprase la antigua casa de cura "porque habrá cosas más urgentes e importantes que hacer en el pueblo antes que eso", pero se mostraba a favor de la construcción de un bar estable en la pradera. "Aquí el alcalde nunca a cobrado, esto no es Burgos o Aranda, aquí no tiene ni tanta responsabilidad ni tanto trabajo", apuntó otro hombre que acudía a depositar su voto.

Un matrimonio que acababa de abandonar el Ayuntamiento después de participar en la consulta reconocía que este referéndum popular era positivo pero con reservas. "Está bien que nos pregunten, pero lo del voto por correo no sé yo si es muy correcto", apunta ella, "porque se supone que es un voto anónimo pero en el sobre hay que meter copia del DNI, eso ya no es anónimo", remata él.

Un grupo de seis vecinos que acudían juntos a la consulta no tenían reparto en hablar del proyecto del bar de verano o de la compra de la casa del cura, pero se reservaban su opinión sobre el sueldo para el cargo de alcalde o alcaldesa. "Un bar siempre será mejor que esa caseta o remolque que nos ponían en las fiestas, así se podrá utilizar todo el verano, que a la pradera vamos mucho", apunta uno de ellos. "¿Y para qué queremos la casa del cura? Tenemos otros edificios para hacer actividades, no lo veo necesario, y seguro que se podrá comprar más adelante si cambian las cosas", remarca otra, a lo que su vecina añade que "no es sólo el dinero de comprarla, habrá que arreglarla y eso supone otro buen gasto, no creo que estemos para eso ahora".