La polémica no cesa en torno a la granja de cerdos de Villaespasa y el tema de los purines. Si hace unos meses, desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente se planteó sancionar al propietarios por la construcción de un recrecido en la balsa de purines ante la imposibilidad en ese momento de retirarlo, al no cumplir esa obra las medidas de estanqueidad, ahora son los ayuntamientos del entorno, Barbadillo del Mercado, Cascajares de la Sierra y Jaramillo Quemado los que están sufriendo desde el jueves de la semana pasado «olores insoportables», procedentes de los purines depositados en las tierras que el dueño de la granja tiene contratadas para echar esos residuos de la explotación porcina como abonos. 

Y si los olores afectan a todas esas localidades, más grave aún es el daño que se está generando en caminos, cuentas, ribazos y arroyos de la localidad de Jaramillo Quemado, término donde están los terrenos donde se están depositando. Tal es así, que su alcalde, David Sebastián interpondrá hoy una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Salas de los Infantes por el vertido irregular de los purines, que está dañado camino y cuentas y posiblemente se haya filtrado a algún arroyo, según algunos vecinos, aunque ayer aún el regidor no había podido constatar si era así o no.

Sebastián entiende que el propietario tiene permiso para depositar los residuos en las fincas, pero desconoce si es por correntía, porque no se han tapado u otros motivos, lo cierto es que los purines han ido a parar a los caminos y cunetas que se han encharcado, con el consiguiente riesgo medioambiental y de deterioro de los mismos. El regidor afirma que algo se ha hecho mal y que se trata de denunciarlo para que esto no vuelva a suceder y se depositen y tapen como manda la legislación.