Un manto blanco de diversión

R.E.M
-

Las primeras nevadas animan a las familias a viajar por la provincia en unas fechas festivas marcadas por las restricciones y la estación de Pineda de la Sierra se llena de carreras de trineos, fotos y buenos momentos

Los pequeños de la casa disfrutaron con sus trineos de la nieve. - Foto: Christian Castrillo

Despegarse del radiador, dejar la mantita y pasar del sofá a la calle con unas temperaturas que tienen a los termómetros tiritando no suena demasiado apetecible. Pero todo cambia cuando llegan esos primeros copos de nieve de la temporada, consiguiendo despertar la ilusión y alegría de cualquiera. Con gorro, bufanda, guantes, botas y este año también mascarilla para ir bien protegidos, disfrutar de los paisajes que han dejado estas precipitaciones por la provincia en un puente marcado por las restricciones del coronavirus se alzaba como un plan perfecto. Un manto blanco entre tanta oscuridad.

Nada más llegar a la estación invernal de Valle del Sol, en Pineda de la Sierra, la gran cantidad de coches aparcados ya demostraba que ver la nieve se había convertido en una de las principales opciones para pasar el día. Sin poder planificar largos viajes por las limitaciones de movilidad por la crisis sanitaria y con la supresión de la mayoría de actividades de ocio, el abanico de posibilidades disminuía considerablemente. Así que muchas familias y grupos de amigos no lo dudaron y apostaron por tirarse a la aventura, recuperando las horas de alegría y diversión que la pandemia nos quitó de un plumazo. Toca adaptase a los nuevos tiempos y encontrar alternativas para seguir disfrutando como siempre. ¡Y qué mejor que seguir conociendo cada uno de los rincones únicos que ofrece nuestra provincia!

La mayoría de quienes acudieron a esta zona lo hicieron con trineo, aunque también estaban aquellos que simplemente iban a dar una vuelta disfrutando de las maravillosas vistas o paseando con los perros, que no paraban de correr y jugar en este espectacular escenario. Tampoco podían faltar las sesiones fotográficas, que luego hay que enviarlas a todos los contactos y publicarlas en las redes sociales para dar un poco de envidia.

Padres e hijos aprovecharon la jornada entre carreras, caídas y risas.Padres e hijos aprovecharon la jornada entre carreras, caídas y risas. - Foto: Christian CastrilloLa sonrisa de los niños deslizándose a toda velocidad demostraba que, además de la nieve, la felicidad también estaba cuajando. Muchos la veían por primera vez, y otros llevaban tanto tiempo sin pisarla que se lo pasaron en grande. Su objetivo pasaba por ser los más rápidos y evitar chocarse con los obstáculos de la naturaleza que se encontraban a su paso. Sus padres no se quedaban atrás y aprovechaban para darles consejos y reírse junto a ellos.

Desde la capital hasta Pineda acudieron Marta y Roberto junto a sus tres pequeños «por ver la nieve y que se tiren un poco». Hace un par de años ya habían ido, pero destacan que han aprovechado ahora otra vez puesto que «no se puede hacer mucho más» y ha coincidido con el puente. Tampoco se encuentra demasiado lejos, ya que se llega en poco más de tres cuartos de hora. Y la carretera se encontraba en perfectas condiciones. Por su parte, Ildiko María llegaba junto a sus familiares desde Briviesca para pasar la jornada dominical, aunque ya lo tenían todo preparado desde hace unos cuantos días. «Habíamos mirado el tiempo hace una semana y lo teníamos claro, con las restricciones que tenemos ¿qué íbamos a hacer?», aseguraba. Razón no le faltaba y a la vista está que no fueron pocos los que pensaron lo mismo.

Las distancias de seguridad se podían mantener perfectamente, lo que junto al amplio espacio (al aire libre) garantizaban que no hubiese ningún riesgo de contagio. Sin embargo, no ha sido el único lugar que se ha cubierto de blanco.  El portillo de la Lunada permanecía cerrado, mientras resultaba necesario el uso de cadenas o neumáticos de invierno en los puertos de Bocos, portillo de la Sía  o Estacas de Trueba, según informó la Dirección General de Tráfico. En la capital apenas se produjeron precipitaciones, pero el frío y el viento no dieron tregua. Un ambiente invernal que ya ha dejado estampas muy navideñas.