Burgos estudia la gratuidad de la zona azul para eléctricos

F.L.D.
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Los técnicos municipales barajan la posibilidad de cambiar parcial o totalmente la ordenanza dentro del plan para establecer un 'Burgos central', una zona de bajas emisiones

La ciudad cuenta con más de 4.000 plazas de aparcamiento reguladas por la ORA y que se ubican principalmente en las calles más céntricas de la ciudad para aumentar la rotación. - Foto: Patricia

Poco a poco, el proyecto para conformar una Zona de Bajas Emisiones en caso de que la ciudad exceda los niveles de contaminación va tomando forma. El plan, que tendrá que estar finalizado en enero del próximo año, ya cuenta con los fondos europeos necesarios para dar forma a los espacios que conformarán el llamado 'Burgos Central'. Es decir, el entorno en el que quedará delimitado al tráfico de vehículos contaminantes. Para dar forma a este aspecto trabajan de manera conjunta los áreas de Ingeniería Industrial y Medio Ambiente. El otro aspecto que desarrollará Movilidad, cuyos técnicos están estudiando otras cuestiones que plantea el anteproyecto de ley aprobado por el Consejo de Ministros. Entre otras cosas, la posibilidad de implantar un 'peaje urbano' o la gratuidad de la zona azul a coches eléctricos o híbridos en las calles acotadas. 

Este aspecto es el que actualmente se está estudiando con mayor detalle, según reconoce el concejal de Movilidad, Leví Moreno. «Se está planteando la posibilidad de cambiar la normativa que regula la zona azul para poder facilitar el estacionamiento gratuito los días de alta contaminación dentro de la zona de bajas emisiones», indica. Curiosamente, una cuestión parecida se planteó por usuarios de este tipo de automóviles en las alegaciones a la Ordenanza aprobada en 2020, pero en ese momento se desestimó. 

Aquella iniciativa se refería a todas las zonas reservadas para el estacionamiento regulado, mientras que lo que en estos momentos estudian los técnicos de movilidad está limitado exclusivamente a la zona de bajas emisiones. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este núcleo de calles que conformará 'Burgos Central' posee gran parte de estos aparcamientos. No en vano, la idea inicial es que el área quede delimitada por el este en la avenida Cantabria; por el sur el paseo de la Audiencia, la Isla, el Bulevar y la Quinta; por el norte la avenida del Cid, calle San Francisco y Los Cubos, que hará frontera con el oeste. 

Este era, 'grosso modo', el planteamiento inicial tras los primeros estudios de la calidad del aire, pero puede haber modificaciones a medida que el texto definitivo tome forma. Y es que el Ayuntamiento está terminando de cuadrar la colocación de ocho sensores que se instalarán en los postes de alumbrado de diferentes puntos de la ciudad -especialmente centros de salud y colegios para protegerlos-, que permitirán tomar decisiones sobre restricciones en tiempo real. Se espera que ayuden a tener una idea real de las emisiones junto a un estudio encargado hace meses con estaciones portátiles de la Junta. Una vez tengan los resultados, se sabrá si el espacio planteado para delimitar los días de contaminación es el correcto o habrá que añadir alguno más. 

Por esta zona de bajas emisiones solo podrán circular ambulancias y demás vehículos de emergencia, residentes o transporte de carga y descarga. Eso sí, salvo los primeros, el resto a no más de 20 kilómetros por hora. El control de coches que puedan entrar en este entorno se realizará a un sistema de videovigilancia parecido al que regula los bolardos del núcleo peatonal del centro histórico. La instalación de estos dispositivos se harán con cargo a los 2,6 millones que ha recibido el Ayuntamiento de los Fondos Europeos. 

En esta partida también se incluye el desarrollo de un sistema informática que regule diversos aspectos de 'Burgos Central', como la gestión de etiquetas,  residentes, turistas, visitantes, vehículos prioritarios, reparto, etc. 

Peaje urbano. Una de las cuestiones que plantea el anteproyecto de ley sobre zonas de bajas emisiones aprobado por el Consejo de Ministros es la posibilidad de que las ciudades implementen una especie de 'peaje urbano', una tasa que tendrían que abonar los vehículos que no tengan etiqueta o que sean contaminantes por los mencionados núcleos. La idea, dice el borrador presentado por el Ejecutivo, es que sean los propios municipios si instaurar o no este impuesto. En el caso de Burgos, es otro extremo que tienen sobre la mesa los técnicos municipales. De momento, no han tomado ninguna decisión al respecto. 

Tampoco sobre qué tipo de sanciones se impondrán a los vehículos que incumplan las delimitaciones marcadas por 'Burgos Central'. Al fin y al cabo, solo Madrid y Barcelona tienen una idea clara de cómo van a articular el sistema de sanciones. En el caso de la capital de España, de hecho, ha ido aplazando su entrada en vigor hasta el próximo mes de mayo. «Son cuestiones que tenemos que ir aclarando poco a poco. Todavía nos quedan nueve meses para conformar el plan», subraya Moreno.