Buen manejo de la red pero fallos en seguridad

B.G.R.
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El Enrique Flórez conoce a través de una encuesta el nivel de competencias de sus alumnos en nuevas tecnologías con el fin de mejorar durante el curso las carencias que se han detectado

La enseñanza en este campo se adapta a las especificidades de los estudios que cursan los alumnos. - Foto: Valdivielso

Son considerados nativos digitales pero hasta qué punto conocen y sacan partido a todas las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. El instituto Enrique Flórez ha querido dar respuesta a esta pregunta y para ello realizó una encuesta a sus más de 700 alumnos de Bachillerato y Formación Profesional a principios de curso con el objetivo de mejorar sus competencias en este campo. Los resultados ya están disponibles y, aunque sin muchas sorpresas, revelan un buen nivel de los estudiantes en aspectos como la búsqueda de información que, sin embargo, resulta mejorable en lo relacionado con el uso de herramientas específicas, la protección de los dispositivos, la seguridad o cómo resolver problemas técnicos.

El equipo directivo confeccionó los cuestionarios por niveles, aglutinando en uno a Bachillerato y grado medio de FP y en otro a grado superior, a partir de la aplicación de Certificación de Competencias Digitales de la Junta. En ella se establecen tres baremos; básico, al que debería llegar el primer grupo, y medio, el segundo, quedando fuera de las preguntas el avanzado. La motivación detrás de esta iniciativa radica en los aspectos a trabajar en el centro tras evaluarse el curso pasado su plan TIC, según explica su responsable, Javier Antolín. 

«Tratamos de conocer lo que saben al llegar y lo que saben cuando salen», subraya Antolín, en referencia a que tras esa encuesta inicial habrá una segunda al final de curso para evaluar el aprendizaje adquirido. Se muestra satisfecho por la elevada participación del alumnado al tratarse de una primera experiencia voluntaria que ya han realizado en otros centros y que arranca con carácter de continuidad, ya que se repetirá en ejercicios lectivos sucesivos aunque cambiando el método. En este punto, asegura que a partir del próximo se empleará una herramienta europea llamada Selfie que está «estandarizada e institucionalizada». 

Al margen de los detalles sobre el proceso seguido, las preguntas del nivel básico tenían que ver con la navegación por la red, la búsqueda de información, el ser crítico con ella, las copias de seguridad, el almacenamiento, intercambio y trabajo con archivos compartidos, los comportamientos responsables o la seguridad. Los resultados revelan, según Antolín, buenos conocimientos en lo que se refiere a aspectos generales pero mejorables en aquellos más específicos. Destaca en este sentido la falta de competencias a la hora de usar los sistemas de identificación digital, resolver problemas técnicos o cómo utilizar herramientas creativas aplicadas al diseño o el vídeo. Es decir, que se centran en las que se aplican «solo a texto y presentaciones», sin explorar otros campos donde existen grandes posibilidades.

Las preguntas subían de nivel en el caso de los alumnos de ciclos de grado superior, a los que, además de por la navegación, el almacenamiento en la nube o las copias de seguridad, se les preguntaba sobre el manejo con soltura de los distintos tipos de mensajería, buscadores específicos, aplicaciones avanzadas de trabajo en equipo como Teams, el desarrollo de contenidos digitales o la configuración de sistemas de seguridad. Al igual que en sus compañeros de Bachillerato y grado medio, se detectaron carencias en los sistemas de identificación digital, a los que se añadían dificultades en la resolución de problemas técnicos o la protección de equipos y de identidad, el uso de herramientas creativas y saber detectar comportamientos malintencionados o fraudulentos.

La utilización de las redes sociales no pasó desapercibida en el cuestionario, analizándose aspectos como las normas de educación y seguridad, así como su empleo en su propio beneficio. Una de las cuestiones que sorprendió al profesorado es que «no conocían en algunos casos los códigos de buena conducta», si bien el responsable educativo reconoce que la evolución sobre su empleo por parte de los jóvenes ha mejorado notablemente en el último lustro: «Ahora es mucho más responsable».

Con todos estos resultados, el centro trabajará durante el curso en aquellas competencias a mejorar, sin olvidar los aspectos mínimo y prácticos de aprendizaje que corresponden a cada etapa y teniendo en cuenta el tipo de enseñanzas que reciben. Al respecto, su director precisa que los conocimientos necesarios no son los mismas para quien estudia Bachillerato, más generalista a pesar de sus modalidades, que FP, donde los estudios son más específicos. A modo de ejemplo, asegura que para los alumnos de la familia de Edificación resulta «imprescindible» que conozcan y usen el DNI electrónico o un certificado digital porque «para firmar un proyecto lo que tendrán que utilizar sí o sí», al igual que manejar la administración electrónica para los de Servicios Socioculturales y a la Comunidad.