Sonorama y las bodas copan las reservas de hoteles en verano

L. NÚÑEZ
-

La mayoría de los restaurantes arandinos también registran «bastante movimiento» desde mayo hasta septiembre pero aseguran que todavía no han recuperado los niveles precovid

El público de Sonorama Ribera se rindió ante La La Love You, que regresarán el 21 de abril a Aranda de Duero. - Foto: Valdivielso

Quedan más de cinco meses para que Sonorama Ribera festeje su 25 aniversario, pero un buen número de hoteles de Aranda de Duero ya rozan el lleno para los días que se celebrará el festival, del 10 al 14 de agosto. Parte de las reservas se mantienen desde la edición que tuvo que suspenderse en 2020 por la crisis del coronavirus. Y otras tantas, la mayoría, son de clientes que repiten año tras año. 

Así lo constatan en los distintos establecimientos hoteleros de la capital ribereña, donde junto con la reactivación de las bodas, empiezan a ver luz al final del túnel. En elHotel Aranda, con 47 habitaciones, ya no hay huecos para los días del festival. «Abrimos las ventas el martes y en media hora se acabaron todos los dormitorios», aseguran, al tiempo que agregan que esa semana «ya está a tope, con una afluencia exagerada». 

Algo similar sucede en el Hotel Montermoso, donde las reservas para Sonorama suelen registrarse de un año para otro y, al trabajar con la organización del festival, ya tienen todo lleno. Por encima de cualquier aspecto, destacan que cuentan con clientes «de hace muchos años». También han colgado el cartel de completo en el Hotel V Ciudad. Así llevan ya desde Navidad, cuando salieron a la venta las primeras entradas. En la misma línea se expresan en el Hostal Elvira:«Todo a tope en esas fechas y con clientes que repiten». 

«Se ve de otra manera». Además de por el festival, hoteles y restaurantes remontan el vuelo gracias a la reactivación de bodas y comuniones. La mayoría de los establecimientos confirman que están experimentando «bastante movimiento» a partir de mayo, aunque aseguran que todavía no han recuperado los niveles que había antes de la pandemia. 

Las situaciones son variopintas. En el Hotel Villa de Aranda, por ejemplo, tienen reservados prácticamente todos los fines de semana desde junio a septiembre por las bodas que se celebrarán en la capital ribereña y municipios de la comarca. Cuentan con 28 habitaciones y otros 25 estudios de gama alta. «Esto ya se ve de otra manera, hay que ser optimistas», subrayan desde la dirección, con la esperanza de que en verano se pueda recuperar la normalidad y se aproveche al máximo la distinción de Aranda como Ciudad Europea del Vino. 

También en El Lagar de La Vid tienen la mayoría de fines de semana de junio a septiembre cubiertos por las celebraciones matrimoniales. «Casi como un año normal y corriente», aseguran, si bien precisan que acogerán bodas aplazadas en 2020 y 2021 si una nueva variante de covid no lo impide. 

Mientras, en Los Rastrojos tendrán «bastante jaleo» en mayo por las comuniones, pero algo menos de bodas, como explica su gerente, José Luis Martínez. En Torremilanos también tienen huecos, así como en Tudanca. En líneas generales, unos y otros indican que el número de comensales se ha reducido a raíz de la pandemia. Ahora bien, todos coinciden:«La gente tiene ganas de salir, de celebrar, de disfrutar y de volver a viajar».