Un viaje a golpe de pedal por el Románico del Esgueva

I.P.
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Cinco localidades señalizan la ruta ciclosenderista Dos Valles, un proyecto que pretende dar visibilidad a un peculiar y desconocido patrimonio artístico, etnográfico y natural regado por el afluente del Pisuerga

Los alcaldes -falta la regidora de Bahabón- posan delante de la portada románica de la iglesia de San Martín de Tours en Cabañes de Esgueva. - Foto: Miguel Ángel de la Cruz

Enclavados entre los valles del Arlanza y el Esgueva, los municipios de Cilleruelo de Abajo, Bahabón de Esgueva, Cabañes, Santibáñez y la pedanía de Pinillos de Esgueva (Sotillo de la Ribera), son una desconocida isla en medio de un vasto territorio que busca hacerse visible y poner en valor su rico patrimonio artístico y etnográfico, en el que destacan sus templos románicos y sus edificaciones ligadas a las tareas que desarrollaban sus habitantes, la agricultura y ganadería fundamentalmente. 

Con ese objetivo, los 5 pueblos han unido esfuerzos y han diseñado la ruta ciclosenderista Dos Valles, de 40 kilómetros, que propone un recorrido circular que enlaza todas las localidades y sus parajes de mayor interés, algunos de ellos ubicados en la periferia de los núcleos urbanos. El rico, pero desconocido patrimonio cultural y natural es el 'gancho' para atraer visitantes que puedan contribuir a potenciar su desarrollo económico y arraigar población, así como crear una identidad propia de la zona. 

Iglesias, ermitas, viejas fortalezas, rollos, molinos, bodegas, corrales o dehesas de robledales, que transcurren en torno a los ríos, constituyen las joyas de estos pueblos donde la despoblación ha dejado su huella y hoy sobreviven a duras penas. Agarrarse a un proyecto como Dos Valles es una oportunidad de dinamización que sus vecinos no quieren dejar escapar. 

La actuación cuenta con un presupuesto de 21.348 euros y una ayuda de la Diputación de 14.943 euros, al ser una de las iniciativas incluidas en la convocatoria para proyectos de adecuación de infraestructuras turísticas presentados por varios ayuntamientos.

La ruta ciclista y senderista está prácticamente señalizada ya en todo su recorrido, con material divulgativo, tanto hitos a lo largo de la misma como flyers, cartelería y página web. Puede iniciarse desde cualquiera de las localidades, con lo que se puede evitar sobrepasar la capacidad de carga, evitando puntos de saturación gracias a la distribución de flujos mejorando así la sostenibilidad turística y el respeto al medio ambiente. De hecho, al establecer diferentes puntos de recursos naturales y patrimoniales del entorno, los turistas pueden realizar desplazamientos a varios lugares de una misma zona, tanto en bicicleta como a pie. 

Las actuaciones generales del proyecto se han centrado en la instalación de carteles de tamaño A3 y  soporte de madera, con códigos QR para ampliar información en cada uno de los puntos de mayor interés; instalación de señalizaciones de cruce de caminos y puntos de interés próximos, e instalación de señales verticales con flechas de madera; instalación de balizas de ubicación de caminos con distancias en kilómetros y tiempo, y un cartel grande con información de la ruta general por cada pueblo. 

La escuela del Esgueva. Alba García, de la empresa Rural Alba, es la autora del diseño de la ruta, una idea que parte del Ayuntamiento de Cilleruelo de Abajo y que inmediatamente contó con el beneplácito de los otros 4 alcaldes, que vieron la oportunidad de visibilizar su territorio. Todos tienen un nexo en común del que parte el proyecto: el románico. 

Pero la ruta no se circunscribe solo a las iglesias y ermitas, sino que se completa con un patrimonio etnográfico interesante en el que destacan sus bodegas, conformadas en línea que constituían auténticas barriadas y que hoy se mantienen, unas con el mismo uso y otras como merenderos, y los corrales o tenadas donde se guardaba el ganado y que son ejemplos de construcciones rurales peculiares. 

En cuanto al arte, cabe resaltar que la mayoría de los templos que se pueden ver en la ruta son románicos, aunque en algunos casos con intervenciones posteriores. La joya más representativa y de mayor valor es la iglesia de San Martín de Tours en Cabañes de Esgueva, del siglo XII, que tampoco se libró, sin embargo, de actuaciones en el siglo XV en el ábside y cubiertas de estilo gótico. También la de Pinillos de Esgueva es románica. Muy llamativa, después se utilizó como fortaleza de vigilancia (la torre del campanario), en la que perviven las almenas y avisperas, como se  llaman las ventanas estrechas para disparar flechas. La de Bahabón está modificada pero conserva partes románicas. De este estilo es la ermita de Santibáñez, y aunque no forma parte de la ruta, la de Terradillos es de la misma época.

Aunque no tan conocido como el románica palentino, la llamada Escuela del Esgueva también tuvo su prestigio. De hecho, algunos expertos destacan la singularidad de esta, tanto en el tipo de materiales de construcción como en la decoración.

Para la diseñadora del proyecto, estos pequeños pueblos tienen una desventaja que ahora puede convertirse en oportunidad: su proximidad a Lerma, que en ese entorno es la que concentra el turismo vinculado al patrimonio histórico-artístico.

Precisamente esa cercanía puede aprovecharse y lograr, con una buena campaña de promoción, que los visitantes a la villa ducal se desplacen también a estas localidades. «Se habla del triángulo formado por Lerma-Silos-Covarrubias, pero también se puede impulsar el flujo desde Lerma en la otra dirección», dice Alba García.