Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Cadena perpetua

23/02/2022

"Se arrastró por un río de mierda y salió limpio por el otro lado". Es una frase de la película 'Cadena perpetua', dirigida en 1994 por Frank Darabont. Andy Dufresne (Tim Robbins), inocente como un pajarillo, logra escapar de la cárcel de Shawshank, marcada por la corrupción y, para ello, tiene que reptar medio kilómetro por el conducto que lleva hacia el río todos los desechos de los baños generados en el penal.

Me llamó mucho la atención cómo lo explicó su amigo Red (Morgan Freeman) y me ha venido a la mente en estos días, cuando intentaba encontrar justificación al espectáculo que está dando el PP y, de paso algún paralelismo con el PSOE, porque todo en la vida tiene su haz y su envés.

Efectivamente, Pedro Sánchez tuvo que presentar su dimisión tras las Generales de junio de 2016, en medio de un torbellino que mostró una cara penosa del PSOE pero que él supo gestionar con suma inteligencia. Dimitió, entregó su acta de diputado y se subió al coche para recorrer España. Unos meses después, volvió reforzado para mandar, disponer y decretar en el Partido Socialista, y a la postre, en el Gobierno de España.

Ojo, que el paralelismo no va por Pablo Casado. Me sorprendería muchísimo que mostrase unos arrestos similares. Va por la sensación de que algo debe destruirse, al menos, en parte, para reconstruirse después de un modo más eficiente y duradero.

Ahora mismo, el Partido Popular es como una cocina en reformas. Se convierte en un desastre con toda suerte de ruidos, polvo, trozos de mobiliario y suciedad en el resto de la casa, que llega a ser inhabitable. Pero las obras pasan y se olvidan. Bueno, se olvidan del todo cuando terminas de pagarlas.

El caso es que el PP está serpenteando a través de un angosto canal por el que circula agua con heces pero, si serpentea con ganas y escupe la mierda que le entre en la boca, hay muchas posibilidades de que, al otro lado, le espere la purificación y la redención.

En la película, Andy Dufresne levantaba con ansia los brazos hacia la lluvia copiosa. Tampoco vendría mal ahora mismo.