La residencia de San Miguel, pendiente de su primer caso

Ó.C.
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El hospital comunicó el caso cuando ingresó en el centro. Las trabajadoras y el resto de usuarios han dado negativo

Foto de archivo de San Miguel del Monte durante el estado de alarma. - Foto: Ó.C.

La incidencia del coronavirus en las residencias de ancianos se sufrió en la primera ola. En esta segunda por el momento estos espacios habían quedado libres en Miranda, pero este fin de semana las sirenas de alarma han sonado en San Miguel del Monte, centro gestionado por la Diputación de Burgos. 

El aviso llegó del hospital, donde ingresó la anciana que se sometió a la prueba PCR y que dio positivo. Tras el anuncio, en el centro se puso en marcha el protocolo y se hicieron pruebas serológicas tanto a las trabajadoras que habían estado en contacto con la residente, como del resto de los ancianos que podían haber tenido relación.

Por el momento, todas las empleadas a las que se les comprobó su estado de salud dieron negativo y entre los usuarios tampoco han salido más casos. Debido a esta circunstancia, en el centro se actúa con todas las precauciones pero esperan que haya alguna prueba más para confirmar el positivo.

El día a día también ha cambiado para endurecer las medidas anti covid. Para ello, los ancianos permanecen lo más aislados posibles, en una residencia en la que por el momento no han contabilizado ningún contagio. Las normas de la Diputación establecieron que las trabajadoras se incorporaran después de las vacaciones con el negativo confirmado por una prueba PCR. Además las visitas están canceladas, por lo que el centro residencial está protegido para dificultar la entrada del virus.

En declaraciones a Diario de Burgos, el gerente del Santiago Apóstol ensalzó el pasado sábado el buen hacer de las residencias de la ciudad, porque en la segunda ola se había controlado la incidencia de la enfermedad en ellas. Desde marzo, San Miguel no ha tenido positivos y los mayores problemas estuvieron en la residencia mixta de Miranda.