Parece que fue ayer y sin embargo el tiempo pasa volando. Lo demuestra el hecho de que, casi sin hacer ruido, el Club Atletismo Aranda haya alcanzado ya la friolera de 30 años. Un aniversario que no ha podido celebrarse como se merece debido a la crisis provocada por el coronavirus, pero que no ha impedido a la entidad ribereña acordarse ni por un momento de todos y cada uno de los atletas que han portado con orgullo en algún momento de su vida los colores de lo que hoy puede denominarse un trocito del alma de la ciudad.

Y es que nadie podía imaginarse en su momento que, tras la desaparición del antiguo Antonio Machado, germen de lo que actualmente es el equipo, la reconstrucción del sueño del atletismo pudiera calar de nuevo tan hondo en la sociedad. 

Sin embargo lo hizo. Y desde la primera junta directiva formada por José María González como presidente (con José Miguel Álamo, Julio Peñalba y Miguel Ángel Martínez como resto de cúpula directiva), hasta la actual, la liderada por Loreto Zamarro, la familia arandina no ha hecho más que crecer.

Juan Carlos Higuero (dorsal 340), durante sus primeros años en el club. - Foto: C.A. ArandaCon diferentes nombres, eso sí, pero siempre con el mismo carácter vitalista y familiar, que demuestra el hecho de que varios atletas (entre ellos Celia Antón a través de su padre Fernando, o Rubén Álvarez con el suyo, Noé, con 8 años de presidente), hayan tenido soporte en sus progenitores, (como relata Viñas Bravo, uno de los motores del club), para continuar la labor surgida allá por 1990 (el 18 de noviembre en algunos documentos, el 22 según el registro de la JCyL).

Desde entonces, éxito tras éxito en una entidad que ostenta a día de hoy cerca de 140 fichas federadas en un sinfín de categorías y disciplinas, y que se ha convertido en uno de los principales adalides de los buques insignias de la localidad: la Milla y el Cross de la Constitución.