Lo ecológico tiene tirón

SPC
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En cinco años la venta minorista casi se ha duplicado en territorio comunitario. Se trata de un modelo de producción que atrae a quienes se inician, por lo que fomenta el relevo generacional

Lo ecológico tiene tirón

El consumidor medio de la Unión Europea ha cambiado mucho en los últimos lustros. Calidad y precio habían sido siempre los dos parámetros principales a la hora de tomar decisiones de compra en la alimentación, pero las cosas se han vuelto bastante más complejas. Actualmente, a esos dos factores hay que sumarle unos cuantos más: bienestar animal, cercanía entre lugar de producción y punto de venta, condiciones laborales en las que se obtiene el alimento en cuestión y, por supuesto, consecuencias de ese cultivo o esa cría de ganado en el medio natural.

La conciencia medioambiental gana peso cada minuto que pasa. Como consecuencia de ello, hoy en día los ciudadanos europeos están dispuestos a rascarse el bolsillo un poco más de lo necesario a cambio de poner sobre su mesa bocados con un menor impacto sobre los ecosistemas y paisajes los rodean. Y una inapelable prueba de ello es el crecimiento imparable del modelo ecológico de producción de alimentos.

Bruselas, en un análisis sobre la evolución de la agricultura ecológica (también llamada biológica y orgánica), pone de relieve, entre otros aspectos, sus beneficios ambientales, económicos y sociales y su impacto positivo en el clima, y revela que en cinco años la venta minorista de alimentos biológicos casi se ha duplicado en territorio comunitario. Se trata de generar nutrientes, tanto para consumo humano como animal, utilizando sustancias y procesos naturales, y la Comisión Europea (CE) lo apoya decididamente, ya que está en consonancia con el Pacto Verde y sus estrategias, que postulan la reducción del uso de fertilizantes y fitosanitarios en el campo.

La CE, en un informe titulado 'Agricultura ecológica en la UE, una década de crecimiento orgánico', saca pecho de su apuesta por esta actividad, que en 2020 se extendía por 14,8 millones de hectáreas -el 19,7% la superficie mundial de este modelo productivo-, después de incrementarse más del 50% desde 2012. España, de hecho, era hasta 2019 el país de la Unión Europea (UE) con más superficie ecológica, pero Francia la superó un año después; ambos países, junto a Italia y Alemania, reunían al final de la última década el 59 % de los terrenos biológicos comunitarios.

Actualmente, la extensión de terreno dedicada a la producción ecológica representa el 9,1% de la superficie agraria en la UE; por cultivos, los porcentajes son mayores en la categoría de legumbres secas (24%), cultivos permanentes (14%), forraje verde (13%), pastos permanentes (12%) y hortalizas (11%). Los cereales y los cultivos industriales, que se llevan una gran parte de la superficie total agrícola, están sin embargo por debajo de la media, con un 5% y 4%, respectivamente, pero, según la CE, registraron altas tasas de crecimiento anual en el periodo 2014/2020, en concreto del 8% y del 15%.

En cuanto a la ganadería, Bruselas reconoce que la producción orgánica sigue siendo pequeña en relación con el total de la UE. Según sus datos, en 2020, alrededor del 6% de la cabaña bovina y el 7,2% (en 2019) de los de ovejas y cabras se criaron orgánicamente, mientras que para las aves de corral y los cerdos la estimación es del 3,6% y el 1,0%, respectivamente.

Joven y sostenible.

En la Europa comunitaria, apunta el estudio, el tamaño de las fincas orgánicas (41 hectáreas de media) es mayor que el de las convencionales (16 hectáreas) y, aunque tienen rendimientos más bajos, son una fuente de relevo generacional, ya que la edad media del productor es menor. La CE también pone el énfasis en que las granjas ecológicas generan ingresos por trabajador similares o superiores a los de las convencionales gracias a los precios más altos de sus productos en el mercado y a que tienen más apoyo de la Política Agrícola Común (PAC).

Respecto a su sostenibilidad, apunta como ejemplo que las parcelas dedicadas a la producción ecológica de herbáceos ahorran entre un 75% y un 100% en costes de productos fitosanitarios por hectárea y entre un 45% y un 90% en costes de fertilizantes por hectárea en comparación con las explotaciones tradicionales.

Además, el documento asegura que diferentes estudios científicos indican que este modelo agrícola es mejor que el convencional en aspectos como la biodiversidad, el secuestro de carbono, las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de energía, la eutrofización y la pérdida de nutrientes y de calidad biológica del suelo.

Bruselas cifra en 120.000 millones de euros el mercado mundial de alimentos y bebidas ecológicas en 2020 y, de esa cantidad, el 41% corresponde a Estados Unidos, el 37% a la UE y el 8,5% a China, que ocupa el tercer puesto.

 

España: segundo país de la UE en producción y sexto en ventas.

España es el sexto mercado europeo en ventas minoristas de alimentos ecológicos (2.528 millones de euros en 2020), una lista que encabeza Alemania (14.990 millones), a la que siguen Francia (12.699 millones), Italia (3.872 millones), Suiza (3.602 millones) y Reino Unido (2.859 millones). Eso quiere decir que la mayor parte de lo que producimos en suelo patrio se va fuera de nuestras fronteras. Pese a que el logotipo de la hoja verde que distingue al producto ecológico europeo solo es conocido por el 61% de los ciudadanos de la UE, entre 2015 y 2020 las ventas minoristas de productos orgánicos casi se duplicaron, mientras que la superficie de cultivo del sector creció un 41% en ese periodo.

Entre los alimentos con mayor cuota de mercado de productos ecológicos en el año 2021, el estudio menciona los resultados de una encuesta hecha en Francia, Alemania, Italia y España, donde ya hay una demanda significativa de huevos, frutas y hortalizas frescas de este segmento. También hace referencia a la creciente importación de productos ecológicos a la UE desde 120 países; esas compras a terceros aumentaron entre 2018 y 2021 un 27%, hasta fijarse en 900.000 toneladas, con un papel destacado de las frutas tropicales y, en particular, de la banana.