El Ayuntamiento externalizará los urinarios de Nuño Rasura

H.J.
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Justifica su clausura porque la norma obliga a limpiarlos seis veces al día. En el futuro deberán ser de pago o con sistema de higienización automático

Las cabinas inutilizadas estaban pensadas para su uso fundamentalmente por parte de los turistas. - Foto: Jesús J. Matías

Nada escapa a la pandemia. Todo está condicionado por ella. También los baños públicos de la calle Nuño Rasura, que el Ayuntamiento instaló hace unos años pensando fundamentalmente en los turistas y que llevan cerrados más de un año.

Estos urinarios, que debían funcionar para alivio de quienes pasean por el entorno de la Catedral y necesitan cumplir con alguna necesidad fisiológica, fueron clausurados cuando estalló la crisis sanitaria de la covid y así siguen. La concejala de Sanidad, Blanca Carpintero, explica que "había una controversia por temas de seguridad" puesto que, según la interpretación normativa de la Junta de Castilla y León, obligaría a limpiarlos 6 veces al día. "Prácticamente tendríamos que tener una persona allí ubicada permanentemente", apunta, y por eso se inutilizaron.

El objetivo, en cualquier caso, es incluir estos baños públicos en el contrato de mobiliario urbano que actualmente lleva la empresa JC Decaux, para que sea ella (o la futura adjudicataria del nuevo pliego que está pendiente) quien se encargue de su explotación. Eso ya ocurre con siete inodoros colocados en diferentes localizaciones de la ciudad, en los que hay que abonar 20 céntimos para poder utilizarlos y que siguen operativos.

Esa puede ser la solución a corto plazo, cuando entre en vigor el nuevo contrato que preparan los responsables municipales. Mientras tanto, el turista lo tiene especialmente complicado puesto que además de encontrarse cerradas las cabinas de Nuño Rasura no puede acceder a los retretes del Centro de Recepción CITUR, situado a pocos metros de distancia. Allí confiesan que reciben "quejas constantes" por no poder utilizarlos, pues también llevan cerrados desde el principio de la pandemia.

La alternativa más frecuente son los establecimientos hosteleros. Aunque llevan unas cuantas semanas con los interiores cerrados, la Junta sí que permite que los clientes pasen al excusado de los locales que tengan terraza. Lo saben bien en la Cafetería Valor, también en Nuño Rasura y cuyas puertas se asoman directamente a los urinarios públicos cerrados. Tras la barra, Conchi Martínez está resignada ante el papel que le toca asumir. Mientras hablamos con ella, una pareja de visitantes se pide dos refrescos con tal de poder entrar al váter. "Mientras hagan alguna consumición no hay ningún problema, pero muchos quieren utilizarlos sin nada a cambio, y nos vienen hasta de la Catedral, donde ya antes de la pandemia les mandaban para acá", se lamenta.

En el resto de la ciudad, los siete aseos públicos con forma de columna y de color verde oscuro de JC Decaux contribuyen a cubrir necesidades básicas en otros tantos puntos de la ciudad. Tal y como informan desde el área de Patrimonio, que gestionan este contrato de mobiliario urbano, se trata de los existentes en el parque del doctor Vara (junto a la Oficina Municipal de Consumo), en la carretera de Arcos (fue trasladado allí desde su ubicación original en la avenida del Cid frente al colegio de La Salle), en la calle José Echegaray (trasladado desde el parque de San Agustín), en el G-3 entre Condesa Mencía e Islas Canarias, en la calle Albacastro (trasladado desde el parque Félix Rodríguez de la Fuente), en el Paseo de la Universidad y en el Paseo de Atapuerca.

Finalmente, en la zona de Fuentes Blancas más próxima a los toboganes hay una serie de cabinas similares a las de Nuño Rasura que dan servicio a los muchísimos paseantes de la zona y a las familias que organizan allí barbacoas y meriendas los fines de semana. También están bajo la responsabilidad de la concejalía de Sanidad, pero a diferencia de los existentes junto a la Catedral disponen de un sistema de autolimpiado automático y no necesitan que nadie los higienice. Por eso están abiertos y encima son gratuitos.

Los centenarios subterráneos del Teatro Principal. Cuando todavía no existían los sistemas automatizados de limpieza o de cobro mediante ranuras y máquinas, el Ayuntamiento ya se preocupaba de tener unos urinarios abiertos al público. Así ocurrió con los llamados "evacuatorios subterráneos" que funcionaron durante décadas en la puerta del Teatro Principal y cuyos planos originales fueron expuestos hace unas semanas en la muestra titulada ‘Burgos 1921’.

Jesús Ojeda, exconcejal de Izquierda Unida, publicó este dibujo en sus redes sociales e hizo rememorar a muchos unos excusados a los que se accedía desde la plaza del Cid, descendiendo unas escaleras. Había una entrada para mujeres y otra para hombres, y las encargadas de su vigilancia y limpieza cobraban distintas tarifas, dependiendo de si las aguas eran mayores o menores. Con reformas y mejoras, estuvieron operativos hasta finales de los años 80, cuando fueron sepultados aprovechando una obra de repavimentación y quedaron ocultos bajo dos trampillas metálicas que, todavía hoy, señalan su antigua ubicación.