Entre los años 2020 y 2021, en los peores momentos de reducción de la movilidad tras las primeras olas de la pandemia y debido a un recorte radical de los servicios ferroviarios, la estación de trenes de Burgos parecía la de un pueblo fantasma. Desde las 18,33 de la tarde hasta las 11,56 del día siguiente no circulaba ni un solo tren. En todo el día solo había una decena de salidas y otro tanto de llegadas, lo que para una ciudad de 180.000 habitantes resulta ridículo. 

El enorme vestíbulo de la terminal Rosa Manzano resultaba más frío que nunca. En los andenes no se veía ni un alma. Era a todas luces una terminal de pasajeros en estado comatoso.

Con el fin de las restricciones el panorama se fueron recuperando algunos servicios y el cambio definitivo llegó hace 10 días. La puesta en marcha de la línea de alta velocidad Venta de Baños-Burgos, que inauguraron el presidente del Gobierno y el rey, ha traído la recuperación de frecuencias y unos cuantos cientos de viajeros más a la estación. Conviven los AVE con los Alvia y estos con los regionales y de media distancia. 

Las pantallas informativas de la estación vuelven a mostrar unos cuantos horarios y las aplicaciones móviles de Renfe y de ADIF ya no resumen la circulación por Rosa Manzano en un par de líneas. Ahora el primer tren parte a las 7,00 y el último llega a las 21,42. A lo largo del día salen unos 16 servicios y llegan otros tantos. Un cambio sustancial.

Aunque Renfe todavía no ofrece datos oficiales, un somero recuento realizado a pie de vías a lo largo de toda la semana permite conocer que, solo contando el AVE 'puro' que sale por la mañana y regresa a las 21,18, más de un centenar de pasajeros utilizan a diario este servicio que permite viajar a Madrid en 1 hora y 33 minutos. 

El edificio sigue infrautilizado y sobredimensionado para el potencial con el que cuenta, pero recurriendo al símil sanitario al menos ha salido de la UCI y ya podemos considerarlo un enfermo en planta, en vías de recuperación a expensas de si el incremento de la oferta es capaz de tirar de la demanda, y viceversa.

Bonos AVE y cafetería. Bien lo sabe Renfe, que después de unos días de retraso el martes puso a la venta los abonos de 10 viajes para el AVE y el Alvia, que permiten viajar a Valladolid con una tarifa plana de 21,50 euros y a Madrid por 34,95. Más que el descuento, que puede no ser demasiado significativo respecto a los precios más ventajosos de la web, permite adquirir los billetes sin tener que estar pendiente de comprar con antelación o buscar ofertas.

Y lo sabe también ADIF, que pretende publicar una nueva licitación para la cafetería. Este local lleva cerrado desde diciembre de 2019, cuando el anterior adjudicatario decidió no renovar. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias sacó un concurso en el que pedía 8.000 euros al año más una inversión inicial de otros 115.000 y quedó desierto. Luego llegó la pandemia y evidentemente nadie se ha interesado por explotar un negocio que habría sido ruinoso.

Ahora fuentes del organismo estatal explican que su intención es intentarlo de nuevo, «probablemente en septiembre u octubre». Habrá que esperar hasta entonces para que los viajeros que salgan de Burgos o lleguen a la ciudad puedan tomarse algo más que una bebida de máquina y algún sándwich frío.

La estación Rosa Manzano cuenta además con otros cuantos locales vacíos. Hay una empresa de alquiler de coches, una ingeniería y una oficina de la Policía Nacional, pero siguen sin uso cientos de metros cuadrados con posible explotación comercial. Respecto a ellos dicen desde ADIF que «también es intención licitarlos para otras actividades distintas de restauración».

El éxito de la explotación comercial de la terminal dependerá en buena medida del número de viajeros que logre captar Renfe con los servicios recién inaugurados. La operadora debe ser capaz de aprovechar el recorte de los tiempos de viaje que se alcanzan con la infraestructura de alta velocidad para captar no solo viajeros en Burgos, sino también en el corredor del País Vasco que proviene del norte, con 2,5 millones de habitantes y por tanto de potenciales clientes del tren hacia el centro peninsular.

E incluso el sur y el levante, porque el recién estrenado túnel de Chamartín-Atocha y la conversión de Chamartín en cabecera para trenes que dirigen a Alicante o Valencia abre un mundo de posibilidades hacia las costas y su eterno atractivo de sol y playa. ¿Habrá trenes directos entre Burgos y esos destinos, como ocurre actualmente con el Santander-Alicante? Preguntada por este periódico, Renfe explica que «la puesta en servicio de una nueva infraestructura siempre es positiva porque amplía las posibilidades de viaje. El pasado viernes estrenamos la nueva oferta comercial de Renfe para Burgos, lleva apenas cinco días activa; si en el futuro se dan las circunstancias para poner en marcha un servicio pasante con la Comunidad Valenciana o con el sur, Renfe lo comunicará».

el enlace a barcelona. El nuevo tramo de alta velocidad incluye además un nuevo enlace entre Venta de Baños y Palencia que por ahora ha pasado desapercibido porque aún no ha circulado por él ningún tren comercial. Podrá aprovecharse para los trenes transversales que conectan Galicia y Barcelona, y por tanto permitirá viajar desde Burgos a Palencia, León y la comunidad gallega a más velocidad con el consiguiente recorte de tiempos. 

Fuentes del sector ferroviario apuntan que por el momento no se ha habilitado este enlace de Venta de Baños a Palencia porque estaba pendiente la formación de maquinistas que debe realizarse desde la base de León. Además, Renfe apunta que «el servicio transversal Barcelona-Galicia continúa circulando por la vía convencional a su paso por Burgos para no modificar las marchas del tren y alterar sus horarios», pues «la venta de billetes para ese servicio ya se abrió hace unas cuantas semanas para atender la demanda de la época estival, y cualquier modificación en los horarios ocasionaría contratiempos a nuestros viajeros». 

Es posible que todo cambie en el mes de septiembre, hasta donde llega actualmente la venta anticipada de estos trenes, y a partir de ese momento comience el aprovechamiento de la particular 'Y' palentina para aportar mejores frecuencias y más pasajeros.