Crear un grupo de música y poder hacer algo con él no es sencillo, aunque por la proliferación de bandas pueda parecer lo contrario. Para que no sean flor de un día tienen que darse ciertas afinidades entre los integrantes, disponer de tiempo para los ensayos, contar con un local, mover las canciones en todos los rincones posibles y hallar escenarios para tocar. Si se cojea de alguna de esas patas, la estabilidad de la banda corre peligro.
The Black Clovers (Los Tréboles Negros) saben de lo que hablamos. Su nombre se debe, precisamente, a la mala fortuna que parecía perseguirles cuando dieron el paso firme de conformar el grupo: «Hemos tocado mucho por nuestra cuenta, pero no encontrábamos la oportunidad de crear una banda. Cuando lo hicimos, nos costó dar con un batería, después el bajista tuvo que dejarlo porque se mudó a otra provincia por motivos de trabajo, una de las guitarras causó baja, no encontrábamos local... Luego llegó la covid, y cuando se reanudó la agenda cultural, no había hueco para los emergentes porque las pocas fechas disponibles se reservaban para los grupos con nombre», repasa Javier (Javixu), uno de los cinco miembros de la banda.
Lo que no sabían entonces es la suerte que supone superar todos esos contratiempos sin perder la ilusión. «Al principio no teníamos muy claro el estilo ni los objetivos: éramos unos amigos que se juntan a tocar. Pero ha sido justamente eso, que cada cual tenga sus propias influencias, lo que nos ha hecho crecer», añade el guitarrista.
Ese combinado de rock clásico y funky, garage americano, indie y hasta cumbia que están entre sus preferencias, junto a una potente voz femenina, da a The Black Clovers un aire diferente. Sus letras, escritas en su mayoría por Patricia Crego, abordan temas sobre la incomprensión por ser diferente («pero con la cabeza alta porque estamos felices y orgullos de ser únicos») o los sentimientos de un grupo heterogéneo que ha encontrado en la música su medio de expresión.
Con esos sonidos y esas letras participaron en el LIF 8 de 2021 (un año raro también para los certámenes) y en el UBULive 2022, consiguiendo aquí un segundo puesto. «Los concursos han sido grandes oportunidades porque no tenemos muchas opciones de tocar, tanto el de la televisión de Castilla y León pese a que fue en medio de la pandemia como el de la universidad, con la sala Andén 56 con tanto público como hacía tiempo que no veíamos».
En unos días (el jueves 16) llega el Concurso de Música en Directo de La Rúa, en Reyes Católicos: «Nos interesa tocar, claro, pero en este caso también es importante la parte económica porque, de llegar a conseguir alguno de los premios, nos permitirá grabar algunos de los nuevos temas en los que estamos trabajando». De momento tienen diez canciones propias y el deseo de reunir estas y alguna más en un disco: «Sabemos que se lleva lo de lanzar los temas uno a uno, pero aún así queremos contar con un CD». El concierto del jueves es a las 21 horas.