Apoyo con condiciones

Maricruz Sánchez (SPC)
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Los contactos con otras fuerzas para pactar las Cuentas, paralelos a la negociación en el seno del Gobierno, sitúan a ERC en el candelero

Apoyo con condiciones - Foto: Javier Lizón

ERC, consciente de su papel en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), ha incluido en la mesa de negociación con el PSOE dos factores que determinarán su apoyo: la regulación del precio de los alquileres y una reforma fiscal. 

El portavoz de los republicanos en el Congreso, Gabriel Rufián, aseguró hace unos días que se trata de cuestiones «importantes» y lamentó que su partido tenga que recordárselo a los socialistas. «Sabe mal que a un Gobierno hipotéticamente de izquierdas y progresista se le tenga que convencer de ello», apostilló. Y criticó que se pongan en alquiler «pisos del tamaño de una plaza de parking a 1.000 euros en grandes ciudades y no tan grandes». 

El ala socialista en el Ejecutivo estaba dispuesta a excluir esta medida, lo que provocó el enfado de su socio Unidas Podemos, que también reivindica estas dos condiciones para sacar adelante las Cuentas de 2022. La Ley de Vivienda y, en concreto, la regulación del precio del alquiler es el caballo de Troya del Ejecutivo que lleva arrastrando desde que el exvicepresidente Pablo Iglesias y el exministro José Luis Ábalos eran los encargados de la negociación. Una piedra en el zapato que esta semana experimentó un avance, cuando los morados, ERC, EH-Bildu, Más País, Compromís y Nueva Canarias registraron en el Congreso una nueva Ley de Vivienda que regula el precio de los alquileres.

Rufián hizo también hincapié en la necesidad de una reforma fiscal. «Hay que acabar con los chiringuitos fiscales como el que se ha montado la señora Ayuso en Madrid», manifestó en referencia a la presidenta de la Comunidad.

El republicano criticó que en la región «los ricos campan a sus anchas sin aportar nada» al bonificarse al 100 por 100 los impuestos transferidos sobre el Patrimonio y Sucesiones y Donaciones. No obstante, Rufián, que no quiere poner en peligro la buena relación actual que hay entre PSOE y ERC, dejó claro estas dos peticiones no supone hablar «ni de condiciones ni de líneas rojas», e insistió en el hecho de que para su grupo se trata de cuestiones básicas a negociar entre partidos progresistas.

Presión independentista

En paralelo, otras fuerzas independentistas catalanas exigen un consenso previo entre ellas antes de pactar en Madrid. Así, el portavoz del PDeCAT en el Congreso, Ferran Bel, asegura que su partido se sumaría a una negociación conjunta de los partidos secesionistas en relación con los Presupuestos, siempre y cuando exista una «voluntad real» de dialogar.

Para unirse a esta negociación conjunta, Bel sugirió a Junts que, previamente, debería acordar «internamente» una posición sobre las Cuentas, ya que hay miembros del grupo de Puigdemont que quieren hablar y otros que no.

También le recomendó acordar una posición conjunta de Gobierno de la Generalitat de Cataluña, ya que, si este tiene una postura consensuada será «mucho más fácil» que, por ejemplo, su partido pueda añadirse a este frente de negociación común.