Santa Cena compartida

I.M.L.
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La Hermandad Jesús Camino del Calvario completa su primera salida en solitario con el paso de la Santa Cena. Una procesión quese estrena en el calendario devocional arandino para conmemorar el 25 aniversario de la creación de la hermandad más joven

El imponente paso de la Santa Cena lo guían nueve cofrades. - Foto: DB

Hace ya un cuarto de siglo desde que se incorporó a la Semana Santa arandina la Hermandad Jesús Camino del Calvario. Una agrupación de vecinos del populoso barrio de Santa Catalina que, aglutinados en torno a una parroquia que siempre ha contado con una gran actividad tanto religiosa como social, se lanzaron a sumar fuerzas para engrandecer los ritos y tradiciones que se viven estos días en la capital ribereña. Eligieron como paso principal una escena de grandes dimensiones recreando el recorrido de Cristo con la cruz a cuestas hasta el Gólgota, con sus captores romanos martirizándole a cada paso.
Hace cuatro años incorporaron otro gran trono, en esta ocasión una Santa Cena que venía a engrandecer su desfile procesional, pero sus hermanos albergaban un anhelo: procesionar en solitario, ya que sus dos salidas se realizaban el Martes Santo, para escenificar la Ceremonia del Encuentro de Jesús con su Madre dolorosa, portada por una cofradía compuesta principalmente por mujeres, y el Viernes Santo en la procesión del Santo Entierro de Cristo, donde participan todas las cofradías y hermandades acompañando a la titular de la jornada.

Este deseo se hacía realidad ayer, a modo de regalo en su 25 aniversario, completando un desfile procesional circular, partiendo desde su parroquia y recorriendo el camino hasta la plaza de la Constitución y regresando por los Jardines y Sol de las Moreras a su templo titular. A diferencia de las procesiones que se celebran desde hoy mismo todos los días, caracterizadas por el silencio solo roto por las marchas penitenciales de las bandas, este desfile devocional se hacía a paso ordinario y con los hermanos y cofrades que quisieron acompañarles sin capuchón.

La elección de este día para estrenar su procesión en solitario la justifican los responsables de la Hermandad Jesús Camino del Calvario en el calendario litúrgico. «Según el orden de los acontecimientos que nos narra la Biblia, tendríamos que procesionar entre la entrada de Jesús en Jerusalén y la oración en el monte de los Olivos. Eso nos dejaba el domingo de Ramos por la tarde o la mañana del Lunes Santo para elegir, y nos pareció más idóneo hacerlo hoy porque mañana es día laborable», explicaba Enrique González, presidente de la hermandad.

Los hermanos y cofrades procesionaron a paso ligero y sin su capuchón.Los hermanos y cofrades procesionaron a paso ligero y sin su capuchón. - Foto: DB

La hora elegida para esta procesión, minutos después de las 19 horas, tras la celebración de la liturgia de la Palabra en su parroquia, y el corto recorrido se sumaban para que muchos niños participasen en ella, demostrando que esta hermandad es una de las más vivas. Sin embargo, la gran participación de cofrades no tenía su espejo en las aceras y zonas peatonales por las que discurría la procesión. Poca gente se apostaba para asistir a este desfile devocional, más allá de algunos familiares, paseantes despistados que no sabían qué procesión era esa y aficionados a la fotografía que, cámara o móvil en ristre, se paraban para captar el momento.

La hora y el corto recorrido invitaba a que los niños se uniesen al desfile procesional.
La hora y el corto recorrido invitaba a que los niños se uniesen al desfile procesional. - Foto: DB

Sin embargo, el objetivo de una procesión no es lucirse ante los espectadores, por lo que los hermanos de Jesús Camino del Calvario completaron la que era su primera procesión en solitario con moderada satisfacción, acompañados en todo momento por su banda de tambores y cornetas, que no dejaba ni un momento de interpretar las marchas ensayadas en las semanas previas, dejando para las procesiones penitenciales las más lentas y optando por un repertorio con un ritmo más alegre, dotando a la procesión de un ritmo mucho más ligero que el que se reproduce desde hoy mismo en las calles arandinas, donde los capuchones y los pasos artísticos toman el paisaje.