Lou Matilla

Déjame que te cuente

Lou Matilla


Elijan siempre la vida

19/10/2022

Como todos ustedes saben, porque seguro están bien informados, hoy se conmemora el día Mundial Contra el Cáncer de Mama. Cada año, por estas fechas, los medios de comunicación se vuelcan de una manera que yo siento necesaria para hacer ver a toda la población lo que esta enfermedad supone en las vidas de todos nosotros y sobre todo para lanzar un mensaje de esperanza, tan relevante y fundamental en estos tiempos que estamos viviendo.

Dentro de las páginas de este periódico habrán podido leer estadísticas del último año, número de nuevos diagnósticos, porcentajes de supervivencia a la enfermedad, la importancia que tienen la detección precoz y la investigación, imprescindibles para hallar nuevos tratamientos menos agresivos para conseguir siempre una mejor calidad de vida para los pacientes. Y de eso, de la calidad de vida como paciente, es de lo que quiero hoy hablar aquí en primera persona.

Hace algo más de siete años que el cáncer de mama entró un día en casa y se hizo poco a poco con un sitio en mi mesa. En ese momento me di cuenta que la vida puede dar un giro de 180 grados tan solo en una milésima de segundo; un chasquido y…¡zas! Todo empieza a ser diferente y ni siquiera eres consciente por la rapidez con la que todo sucede. Tras el duro proceso que supuso la aceptación de mi nueva situación como enferma de cáncer y después de mucho dolor sufrido, decidí que le iba a empezar a prestar la importancia justa a la palabra cáncer y en las ocasiones únicamente obligatorias. Y así lo hice. Lo que no sabía es que para entonces ya tenía colgada sin quererlo las etiquetas de 'superviviente' o 'sobrevivir', calificativos con los que no puedo estar más en desacuerdo para definirme. Yo no me siento superviviente, me siento VIVA.

Lo que me gustaría pedirles hoy a ustedes es que intenten hacer lo mismo. Olvídense del miedo, atrévanse a quitarle la capa a la palabra '(sobre)-vivir', independientemente de si su estado de salud es bueno o malo, mejor o peor; y láncense al vacío así, sosteniendo bien alto la pancarta con la palabra mágica que es VIVIR. Les juro que notarán la diferencia. Elijan eso y estarán eligiendo siempre la vida. Es maravillosa.