La Asociación de Comerciantes Centro Burgos y Zona sur lo tiene claro: «Es el entorno de la ciudad más abandonado». Su gerente, Belén Marticorena, critica que se «haya dejado morir» por parte de las sucesivas administraciones al quedarse fuera de cualquier «proyecto urbanístico» de los programas electorales. Sin embargo, reivindica su importancia y la pone en valor por su proximidad con el casco histórico y ser la entrada a la capital burgalesa desde Madrid.

Marticorena censura que «no se haya hecho nada» desde la remodelación de la plaza Vega, teniendo en cuenta el volumen de  ciudadanos que reside en este entorno. Apuesta por la recuperación de ejes comerciales como los de San Pablo y la calle Miranda, lo que supondría, en su opinión, la reactivación del resto de las vías aledañas. «Son lugares que forman parte del centro y podrían convertirse en zona turística», señala, valorando muy positivamente la apertura de diez nuevos negocios durante unos años que han sido «espantosos» por la pandemia.

A modo de ejemplo de reconversión, se detiene en el Mercado Sur, del que destaca su «buen funcionamiento», al tiempo que aboga por una transformación del acceso a la capital con una imagen «más moderna» y alejada de la retahíla de cierre en una la de las aceras de la calle Madrid. Pero más allá de grandes proyectos, exige que por el momento se mejore su limpieza e iluminación.