«Si en 15 días no hay un secretario probablemente nos vayamos todos». Así de claro se expresó el viernes Juan Eugenio Cano apenas minutos después de convertirse en alcalde en funciones de Covarrubias, una vez que el pleno dio cuenta de la dimisión del Millán Bermejo como regidor y de la concejala Ángela Olalla, quienes presentaron su renuncia la semana pasada. 

En lo que va de legislatura han sido 5 los secretarios que han pasado por el Ayuntamiento y en unos días deja de desempeñar esa función la actual funcionaria que está en régimen de acumulación y solo va un día a la semana. 

Tanto el alcalde saliente como el entrante y los concejales reconocieron que buena parte de los problemas que se han sucedido en el Ayuntamiento han venido motivados por la falta de secretario y el continuo 'baile' de estos. De ahí que Cano dejara claro el hartazgo de la Corporación por esa situación y mandara ese mensaje a la Junta que es la Administración que debe proveer de esa figura.

La ausencia del secretario también pone en duda cuando podrá celebrarse el próximo pleno de investidura del nuevo alcalde, ya que tras la renuncia de Bermejo, desde el viernes Cano quedó como alcalde en funciones y se abrió un plazo de 15 días para convocar esa sesión. 

En cuanto a la despedida de los dos corporativos, ambos tomaron la palabra y agradecieron a los hasta ahora sus compañeros el trabajo realizado, negando que detrás de su marcha haya motivos de confrontación entre ellos, pese a que pueda haber alguna discrepancia concreta; «no ha habido fisuras con mis compañeros», quiso dejar claro Olalla para afirmar que su renuncia ha venido condicionada, precisamente, por las dificultades administrativas con las que se ha encontrado el equipo de Gobierno. Añadió que, pese a lo duro que ha sido la legislatura, también ha tenido momentos de satisfacción «al trabajar por el pueblo», y se despidió con un agradecimientos a los ciudadanos y afirmando que «Covarrubias debe seguir adelante».

Por su parte, Bermejo, también comenzó agradeciendo su apoyo a sus compañeros de Corporación y coincidió con Olalla en que ha sido «una legislatura difícil, pero gratificante», y dirigiéndose a sus vecinos, manifestó que los deja «en buenas manos».

Reiteró que su marcha se debe a motivos personales, fundamentalmente relacionados con su actividad laboral y la necesidad de planificar la temporada turística en el torreón de Fernán González, «que es de donde facturo». Visiblemente emocionado, añadió que ha intentado hacerlo lo mejor posible, y pidió a los racheles que sigan apoyando a los ediles.

Fue el concejal Miguel Ortiz, quien en nombre del equipo municipal, agradeció a los ediles dimisionarios el trabajo realizado.

Gestión del cámping. Buena parte del medio centenar de asistentes al pleno eran usuarios del cámping municipal, preocupados por la situación en que queda esta instalación una vez que no se ha prorrogado el contrato con el adjudicatario que llevaba 25 años.

De momento, el Ayuntamiento asume la gestión del mismo hasta una nueva licitación, fecha que queda en el aire, precisamente por la marcha de la secretaria actual.

Según explicó el concejal Eloy Rodríguez, la gestión municipal no incluye el servicio de bar, el restaurante ni la piscina, cerrados hasta que haya nuevo concesionario; en cuanto a la piscina, dijo que tiene grandes deficiencias que hay que subsanar. El edil defendió la necesidad de mantenerle abierto por los propios propietarios de parcelas y campistas, a quienes se aseguró que se llevará a cabo un mantenimiento integral de las instalación. Además, añadió que se va a redactar un informe del estado de las mismas por si ver su hay que exigir responsabilidades al adjudicatario.