Así contamos la desconocida pandemia de gripe de 1957

A.G.
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Se la conoció con el apellido de 'asiática' y este periódico siguió puntualmente su evolución por el mundo hasta que llegó a Burgos. Provocó la suspensión de muchas competiciones deportivas en todo el país y en la provincia, de las clases de Primaria

Mariano Jaquotot, que era el alcalde de la ciudad entonces, también causó algunos días de baja por la gripe. - Foto: DB/Fede

Aunque no ocupó las portadas de este periódico con titulares de excesivo gran tamaño y hay que buscar casi con lupa las informaciones que hacían referencia a ella -cosas de la época- Burgos también sufrió los embates de la pandemia de gripe de 1957 aunque con menos rigor que la anterior, ya que fue bastante menos letal que la 'española', que en 1918 arrasó con poblaciones enteras. Desde los primeros meses del año comenzaban a llegar noticias de cómo esta enfermedad empezaba a hacer estragos en países como Irán, Japón o China, y así, desde el principio, se conoció a esta pandemia como la de la ' gripe asiática '. El goteo de casos iba haciéndose cada vez mayor y más cercano, entre mensajes tranquilizadores de la Dirección General de Sanidad, que el 21 de agosto y por boca de un exinspector sanitario aseguraba el índice de mortalidad "era prácticamente nulo". Hasta que el 29 de agosto de ese año se publicó que había llegado a Las Palmas un buque inglés "con muchos pasajeros atacados de gripe ". Ya teníamos el virus en España.

Las autoridades sanitarias se han puesto alerta algunos meses antes. Con el significativo título Se dice que la epidemia gripal no respetará ningún país, Diario de Burgos contaba en junio que España ya estaba adoptando medidas "de carácter colectivo e individual" como "proceder a las vacunas para reducir la gravedad de los casos, para lo cual durante la pausa veraniega se aspira a conseguir un depósito de vacunas aunque no sea suficiente para atender a todas las peticiones ". Fue la Escuela Nacional de Sanidad (fundada en 1924) la que comenzó con el aprovisionamiento en agosto de "embriones de pollo con objeto de poder tener en los primeros días de septiembre un millón de dosis de vacunas, cifra que, evidentemente, podría reforzarse si la preparación se extiende a los laboratorios privados ".

No se hablaba en ningún momento de cifras de afectados y mucho menos de fallecidos -la censura estaba en su esplendor y era como una bota en el cuello de los medios de comunicación- pero entre septiembre y diciembre fueron muy frecuentes las suspensiones de partidos de fútbol (el Atlético de Bilbao-Granada, el Eibar-Ferrol, el Sabadell-Sestao o el Sevilla-Barcelona) y otras citas deportivas. El 24 de octubre se informó de que el mismísimo alcalde de Burgos, Mariano Jaquotot, no había acudido a su despacho por estar aquejado de gripe.

Las informaciones oscilaban entre el relato de los estragos que iba haciendo la enfermedad en unos y otros países y los llamados a la calma. Con el título El miedo a la gripe asiática es más peligroso que la enfermedad misma, nuestro periódico se hacía eco de un artículo que se había publicado en Pueblo firmado por un tal doctor Rascón y que hacía referencia "a la psicosis producida en el mundo por la epidemia "que, a su juicio, no tenía razón de ser porque la mortalidad era" pequeñísima "y solo se producía" en individuos que tuvieran lesiones de otra naturaleza ".

Visto cómo se estaban poniendo las cosas, el jefe provincial de Sanidad de Burgos, José Bosque, consideró oportuno escribir un artículo en estas mismas páginas en el que ponía también el acento en que la asiática se complicaba en pocos casos, en los que concurrían " una edad avanzada y existencia de lesiones crónicas de los aparatos respiratorios y circulatorios. "Hasta ahora el estado sanitario del país continúa normal -era el 21 de septiembre- a pesar de que repetidamente han llegado a nuestros puertos barcos con enfermos de gripe a bordo y que gracias al celo ya la vigilancia de las autoridades sanitarias se ha logrado que el contagio no saltase a tierra ".

Las vacunas aparecieron enseguida. El 3 de septiembre hablábamos de que ya se había iniciado la distribución de las mismas mientras se decía que la situación del país era "satisfactoria", se insistía en la mortalidad "prácticamente nula" y se aconsejaba guardar cama y buscar la atención médica adecuada en el caso de presentarse los primeros síntomas. Pero la enfermedad seguía avanzando.

Farmacias abiertas. El 13 de octubre se anuncia la apertura de todas las farmacias de la ciudad dadas las circunstancias "y ante la precisión de satisfacer las necesidades del público en estos días en que tanta demanda hay de medicamentos con motivo de la gripe , afortunadamente benigna": " Al igual que en toda España, el Colegio de Farmacéuticos ha tomado el acuerdo de que hoy permanezcan abiertas todas las farmacias reforzando, además, el turno ordinario de la noche ". Aquel día, que era jueves, se quedaron de guardia las siguientes boticas: González Santos, en la Avenida del Generalísimo, 3; Hidalgo Manjón, en San Juan, 25; Marcos, en San Pablo, 17 y Del Río Molero, en Diego Laínez, 16.

Solo pasaron cuatro días hasta que se anunció el cierre "de todas las clases de Enseñanza Primaria de la capital y de sus barrios hasta nueva orden y en vista del incremento tomado por la epidemia de gripe y secundando las sugerencias del Excelentísimo señor Gobernador Civil". En las localidades de la provincia, la medida quedó en juicio de los inspectores de Sanidad que debían comunicarlo a los maestros con el visto bueno de los alcaldes designados.

Ni una duda sobre la vacuna apareció en las informaciones. Eran tiempos duros y no quedaban tan lejos otros que lo he estado más debido a enfermedades infecciosas, así que la apuesta por la ciencia era clara. Tanto, que el 19 de octubre una noticia a tres columnas anunciaba: "Un médico cartagenero dice haber descubierto un remedio fulminante contra la gripe asiática": "Se trata de la vulgar hidrazida, el ácido nicotínico", escribía con soltura académica y sorprendente conocimiento de la química el redactor, que añadía: "Según el citado galeno, el doctor Pérez Espejo, la sustancia actúa de forma fulminante contra el virus hasta el punto de que tomando este fármaco unos días antes se evita la gripeen un noventa por ciento de los casos; si la enfermedad está en evolución detiene extraordinariamente su virulencia y acorta su duración sobre todo si va acompañado el tratamiento con un combinado de vitamina C y un complejo vitamínico D ". Tres meses después, DB daba cuenta de que un médico español, el doctor Albaladejo y García Berenguer, había conseguido aislar por primera vez "el virus de la gripe en su actual epidemia española".

Todas estas informaciones se acompañaban de publicidad de medicamentos, sobre todo de las tabletas Tirozetas -a base de tirotricina y vitamina C- en cuyos anuncios se podía ver a un fantasma que simbolizaba a la gripe , y de la Diformiltricina, un "poderoso desinfectante bucal "también a base de tirotricina y con un spot muy contundente. Con menos alarde gráfico se publicitaba el 'Ozonopino Rui-Ram' contra la gripe , el cual "mezclado con agua en pulverizaciones lanzado a la atmósfera y con vapores de agua caliente hace desaparecer humo, polvo y malos olores comunicándole el perfume de los bosques" .