La multinacional Kronospan, dedicada a la fabricación y distribución de paneles de madera, empezará este mismo año a transportar su mercancía y materias primas por tren. Las obras del ramal ferroviario que conectarán su planta de Castañares con la terminal logística de Villafría avanzan a buen ritmo y estarán terminadas a finales de septiembre.
Así se lo reconocieron ayer desde la compañía a la consejera de Movilidad, María González, que visitó los trabajos al pie de la N-120. El coste de este proyecto asciende hasta los 14,1 millones de euros, de los cuales 7,1 los aporta la compañía y 7 la administración regional. «Es un ejemplo claro de los buenos resultados y colaboración público-privada», admitió González. Una vez concluya, la firma austriaca empezará a sacar por tren alrededor de 10.000 toneladas de tableros terminados cada mes.
Desde suelo burgalés viajarán hacia puertos del mar Mediterráneo y del mar Cantábrico para servir a sus clientes en África (Marruecos, Túnez y Argelia), Europa (Reino Unido, Alemania y Polonia) y Sudamérica y Centroamérica. Incluso cabe la posibilidad que ese producto terminado tome barcos en Galicia o en Portugal para facilitar la operatividad.
Del mismo modo, también aprovecharán la línea para recibir 15.000 toneladas mensuales de materias primas, principalmente urea, metanol y madera, elementos que hasta ahora llegan a Burgos a través del camión. En total son algo más de 5 kilómetros de infraestructura, dispuestos junto al trazado de la A-1, con inicio en la terminal ferroviaria de Villafría y final en el extremo este de la fábrica. La N-120 se salvará a través de un paso superior que ya se encuentra en ejecución.
«Queremos potenciar el transporte de mercancías por ferrocarril.Somos una Comunidad con una ubicación estratégica y ahora es más necesario que nunca reivindicar el Corredor Atlántico», aseguró González. Criticó que la designación del comisionado para este mapa de infraestructuras haya llegado «con cinco años de retraso frente al del Mediterráneo», y se mostró esperanzada en que esos tiempos se recorten.
Operatividad. Una de las motivaciones que han guiado a Kronospan en todo el proceso para lograr un ramal ferroviario es tratar de paliar los altos costes de transporte que tienen los tableros. «Se rompen y dañan con facilidad y para ser rentables tenemos que vender muchos, y ello conlleva reducir los costes logísticos», explican fuentes de la compañía. Una vez entre en funcionamiento esperan reducir la entrada y salida de camiones -alrededor de 160 diarios- en un 10%, lo que supone casi 2.000 menos cada año por una carretera que se ha cobrado 9 vidas entre 2022 y 2023.