Fueron un capricho de los arquitectos suizos que diseñaron el bulevar del ferrocarril y una forma de modernizar la imagen de la capital burgalesa, pero no pueden ser menos prácticos para su conservación. Los bancos curvos de la gran avenida que sustituyó a las vías del tren llevan tantos años dando problemas que el Ayuntamiento está decidido a retirar una parte de ellos y a cambiarlos por "otros de un tipo que tenga un mejor mantenimiento".
El concejal de Medio Ambiente, Josué Temiño, no se atreve a decir todavía cuántos serían los elementos ‘sacrificados’, pues explica que esto será objeto de estudio a lo largo del verano. Este mismo viernes el Ayuntamiento firmaba dos adjudicaciones de mantenimiento de bancos con sendas empresas externas, por una parte los de piedra y hormigón (192.000 euros para los dos próximos años) y por otro los de madera (casi 700.000 con la misma duración). En ambos casos la elegida ha sido Ceislabur, una empresa vinculada a la Fundación Lesmes, y a partir de ahora, ya con los contratos en vigor, tocará trabajar en mejorar su estado.
"Tenemos un calendario por el que a lo largo de los próximos meses vamos a ir concretando y detallando las zonas en las que queremos actuar y la del bulevar será prioritaria. Primero debemos hacer un inventario de los desperfectos y ver qué partes se pueden reparar, aunque está claro que en el caso de los bancos cursos será complicado", relata.
Temiño apunta además que el Vivero Municipal custodia algunas piezas estropeadas que han podido almacenarse "y algunas se podrán salvar, pero serán pocas". Otras piezas directamente tendrán que ser retiradas y buscar una alternativa "que nos permita tenerlo más adecentado".
Tal y como este periódico contaba hace una semana, la gran mayoría de los bancos curvos del bulevar presenta desperfectos. Especialmente en el entorno de parque de La Nevera, donde no queda ni uno solo que esté bien. Hay listones que están rotos o astillados y otros directamente desaparecidos.
problemas acumulados. Estos bancos situados en el tramo más antiguo del bulevar fueron inaugurados en el año 2011 pero tres años después ya tenían problemas. Desde entonces poco a poco se han ido degradando cada vez más sin que haya habido posibilidad de reemplazar sus piezas. Inspirados en el mobiliario urbano del Central Park de Nueva York, no existe una fabricación industrial de estas piezas y eso encarece cuando no imposibilita su reparación.