"A los políticos solo les podemos pedir que no estorben"

H. JIMÉNEZ
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Entrevista a Carlos Alonso de Linaje, presidente del Colegio de Economistas de Burgos

Alonso de Linaje lleva 17 años al frente del colectivo profesional de los economistas de la provincia - Foto: Luis López Araico

Lleva más de 17 años como presidente del Colegio de Economistas, pero puede superar la veintena. Tendrán elecciones en junio y piensa repetir candidatura porque, citando a su predecesor en el cargo, Antonio de Santiago, explica que "lo difícil no es ser decano sino dejar de serlo". Representa a 550 colegiados de la provincia y en su discurso deja unos cuantos recados a la clase política, con especial querencia por la que gobierna desde Valladolid.

En su último balance de la economía provincial, el correspondiente a 2021, ustedes se felicitaban porque la caída del PIB del año anterior se había recuperado por completo. Luego ha cambiado todo.

Es que a principios de este año el paro masculino estaba cerca del pleno empleo y eso en una provincia como Burgos, con gran actividad económica, con un nivel industrial increíble que supera incluso el porcentaje del País Vasco. Hay que recordar que con el covid se paró el mundo, nos metimos todos en casa y luego le siguieron limitaciones muy importantes al movimiento de mercancías y personas y el ocio desapareció. Aun así, fuimos capaces de mantener el empleo y una recuperación de las exportaciones paradigmática. Y todo teniendo en cuenta que el sector del automóvil sigue viviendo una situación de tremenda debilidad por la incertidumbre ante el futuro del vehículo eléctrico. Así que podemos afirmar que la resiliencia de la economía burgalesa, por utilizar una palabra de moda, es tremendamente potente. Por más que se le apriete, en cuanto tiene posibilidad se expande. Sin embargo, ahora el crecimiento va por barrios. Las tendencias generalizadas no afectan a todo el mundo, ni para bien ni para mal, depende de lo bien o mal que lo haga cada empresa, ni siquiera cada sector. Antes del año 2000 los ciclos de bonanza y crecimiento eran tremendamente generosos, pero desde la crisis de 2007 todo esto ha cambiado.

¿Por qué dice esto?

Porque en estos momentos la competitividad es mucho más agresiva. Internet nos ha acercado a todos, yo en estos momentos puedo mirar y traer de China cualquier producto, esto genera muchas más opciones de elección y comparación de precios y una economía más diversa y abierta. Si miramos cómo era la economía en el año 2000 veremos que el mundo ha cambiado mucho, y ahora aquel que no haga las cosas bien va a tener una mayor penalización que la que tenía en una economía no digitalizada.

Valladolid es como un papel secante. Todo Lo que toca se queda allí"

¿Es una trampa esa economía, en la que aparentemente tenemos más oportunidades como consumidores pero al mismo tiempo las empresas son más débiles?

Si haces las cosas bien no eres más débil. Antes no se penalizaba tanto la mala gestión. En estos momentos el que lo hace bien tiene buenos resultados y un crecimiento claro, y el que hace las cosas medio bien o mal tendrá problemas aunque esté en un sector en alza. No participará de los ciclos expansivos como antes, porque la economía está mucho más diversificada.

Volviendo al principio, cuando la economía parecía recuperarse de la pandemia, llega ahora una guerra cuyo final es una incertidumbre.

El primer efecto, que ha sido tremendamente pernicioso, ha sido la inflación que nos hace más pobres. La subida de energías y combustibles hace que todas las familias sufran y que la renta disponible haya caído porque estamos obligados a pagar más caros todos los recursos. Y eso en sí mismo es malo, porque todos podemos consumir menos. En cuanto al final de la guerra, no sabemos. Rusia seguramente esperaba una victoria rápida y tampoco podía prever que todas las empresas occidentales se marchasen de allí. Yo pensaba que China iba a jugar un papel fundamental antes, en todo caso todavía creo que será una pieza clave en la resolución del conflicto.

La inflación ya se venía sufriendo antes de que empezase la invasión de Ucrania. No ha sido Putin únicamente el que la ha disparado como quien aprieta un botón.

Habría que ver cómo estaba la situación geopolítica previa. Nosotros nos hemos enterado cuando ya era imposible mirar para otro lado. Ucrania ya tenía una situación de nerviosismo importante, llamó a las puertas de la OTAN y de la UE, se estaba esperando a que China acabase los Juegos Olímpicos de Invierno y se vio que había unas maniobras rusas. Toda esta pesadilla llevaba muchos meses fraguándose, aunque yo creo que esto se les ha ido de las manos a los rusos porque contaban con una Unión Europea incapaz de adoptar acuerdos conjuntos.

Tanto esta crisis como la anterior del covid, con su consiguiente problema de suministros, han generado llamamientos a dejar de ser tan dependientes de Asia o ahora del cereal ucraniano. ¿Es realista esa pretensión?

Es completamente lógico. Ninguna gran economía de Europa tiene un bajo componente productor o fabril. Para que el crecimiento de un país sea equilibrado el componente industrial no ha de ser inferior al 21%. En el caso de España es del 16%. La renuncia expresa a producir que se ha hecho en países desarrollados, como puede ser España, es muy poco inteligente. A los políticos que hablan del modelo productivo les invitaría a que vayan a Alemania o a Francia y vean el tejido industrial que tienen. Así que es muy realista pensar en volver a traer industria, y en que ha de ser un componente con peso suficiente porque la dependencia total de otros países hace que puedas tener problemas serios de consistencia económica.

La renuncia expresa a producir ha sido poco inteligente"

El sector de la logística aparece como gran oportunidad para el futuro económico inmediato de Burgos. ¿Cree en esa apuesta de la ciudad?

La logística es un sector auxiliar, y en la medida que tú tengas una industria fuerte tendrás una logística fuerte. Sin un componente industrial alto no te puedes dedicar a la logística, ambos están directamente asociados. Aquí ya tenemos ese componente industrial y lo que hay que pedir es que nuestros políticos no nos desposicionen, que tenemos unos mimbres importantes para apoyar un desarrollo importante industrial y logístico y no podemos empeñarnos en llevarlo a otros puntos. En Castilla y León hemos vivido esto con parte de las políticas de la Junta, así que hay que dejar de ser políticamente incorrectos y pasar a ser eficaces para que los ciudadanos vivan bien, y que lo hagan donde quieran. Porque está de moda hablar de repoblar, pero cuando uno vive en un sitio quiere hacerlo con calidad de vida y un buen nivel sanitario y de educación para sus hijos. No sé si tienen sentido parte de los movimientos que estamos viendo últimamente.

¿Se refiere a la preocupación por la despoblación del mundo rural?

Lo que está claro es que si los recursos son escasos y hay que prestar servicios hay que intentar optimizarlos. Pensar que un señor puede tener los mismos servicios en una población de 2.000 habitantes o de 180.000 habitantes es mentira, es engañoso, porque los recursos son limitados y hay que destinarlos a donde son más eficientes. Pensar que Burgos puede tener los mismos servicios que Madrid o Barcelona es engañarse, no es posible, porque hay menos concentración de personas y porque somos menos atractivos para los profesionales de primer nivel. Salir en la tele proponiendo café para todos y diciendo que vamos a ser el paraíso terrenal está muy bien para el político de turno, pero es mentira y además es imposible. Si queremos poder pagar los servicios que tenemos, tiene que haber concentración. Si no, uno tiene que asumir la servidumbre de la movilidad. Estar a un determinado tiempo de desplazamiento de los servicios, porque lo otro no se puede pagar. Ya tenemos un déficit altísimo para cubrir los servicios en el medio urbano…

El éxodo laboral sigue llevando fuera a jóvenes titulados. ¿Es una hemorragia imposible de parar?

La estructura productiva de cualquier territorio es piramidal. En la cúspide están las personas más formadas y en la base las menos formadas. Si no tienes crecimiento económico y formas muchos titulados les estás obligando a marcharse. Mientras sigamos formando personas se tendrán que ir si quieren un trabajo acorde para su titulación, pero esto no es malo para ellas, no es un castigo querer mejorar tu vida.

Parecía imposible que en la época actual llegasen a España grandes industrias como las de los años 60, pero tenemos ejemplos recientes en Valladolid o en Valencia vinculados a la movilidad eléctrica. ¿Podrá Burgos aspirar a proyectos así?

Dependerá de lo que hagamos nosotros. Un señor que decide desde Nueva Delhi no va a escoger venir a Burgos por azar. José Ignacio Nicolás Correa siempre cuenta que, cuando era pequeño, unos señores que parecían ministros fueron a hablar con su padre para convencerle de ir a Burgos a montar la fábrica. Esos señores en realidad eran el alcalde y dos concejales. No sé cuántas gestiones de este tipo habrán hecho los, pongamos, últimos 10 alcaldes de Burgos, por no decir solo el actual. Tenemos miles de burgaleses en la diáspora que tienen una afectividad importante con la ciudad y que son verdaderos embajadores. Utilicémoslos. Y pidámosle honestidad a Valladolid, porque es un papel secante y lo que toca se queda allí.

En Castilla y León hemos estado medio año sin Gobierno regional. ¿Se ha notado en la economía?

A los políticos solo les podemos pedir que no estorben.

¿No hay correlación entre los vacíos políticos y la marcha económica?

No necesariamente. El principal fin de un Gobierno es gestionar un presupuesto en favor de los ciudadanos, y si por ejemplo lo que está haciendo es incrementar el déficit de forma sustancial, cavando hacia abajo para hacer un hoyo más grande, si durante dos años no puede cavar pues está estorbando menos.

La economía burgalesa tiene una resiliencia tremenda"

¿Y además de que no estorbe, qué le pediría al nuevo Ejecutivo autonómico que se acaba de formar?

Que aproveche la potencialidad de Burgos. La competencia en industria es autonómica y Burgos está circundado por autonomías uniprovinciales: tenemos a Asturias, Cantabria, La Rioja, Álava que no es una comunidad pero que tiene competencias en industria, y tenemos Madrid y Valladolid. Estamos rodeados de territorios con atribuciones industriales, es un milagro que sigamos teniendo el nivel que tenemos. Hay que poner algún monumento a los empresarios clave que siguen apostando por Burgos. Tenemos un agujero importante, que fue el cierre de Garoña sin que hubiera alternativa. No sé si la historia dirá que fue un error, pero debe estar en la memoria colectiva y que desde luego que actualmente con el precio de la energía vamos a notarlo.

Parece que por fin va a llegar el tren de alta velocidad en las próximas semanas. ¿Qué impacto económico espera de esa infraestructura?

Depende de los trenes que pongan. De las frecuencias que haya. Nos han quitado el tren que venía de Vitoria a las 8 de la mañana, así que si tenemos vía pero no tenemos trenes dará igual. Es fundamental la continuación hacia Vitoria porque sin ella no tendrá sentido un AVE a Burgos. Hay que corregir también el hecho de que en Madrid las conexiones con Atocha nos supongan una hora, alguien se debería plantear unificar la alta velocidad en una sola estación porque si no será muy ineficiente. Además, el AVE a Burgos llega en vía única y alguien tiene que pensar que no se pueden hacer las cosas así de mal, porque gastamos en lo caro y escatimamos en lo barato. Yo esas cosas no las entiendo.

¿Qué importancia le otorga al turismo en Burgos? ¿Lo ve como un pilar económico o como complemento?

En el medio rural, desde luego. La capital tiene tres elementos Patrimonio de la Humanidad, peregrinos, también eventos aunque están un tanto desaprovechados, pero el medio rural está en estos momentos en ebullición. Mucha gente sale todos los fines de semana y busca opciones de ocio distintas, vinculadas a la naturaleza, y en ese sentido Burgos es fantástico. Fijémonos en Asturias y sus empresas de turismo activo. Creo que la provincia tiene un recorrido importantísimo. La N-I es como La Castellana, pasan 20.000 coches todos los fines de semana delante de la puerta, comunica Madrid con el País Vasco y solo tenemos que conseguir que paren un 1% o un 2%.

¿Y las exportaciones? ¿Cómo valora su tendencia?

El año pasado el resultado fue muy bueno, exportamos muchísimo más de lo que importamos, somos líderes de la Comunidad detrás de Valladolid. Y la gran ventaja del tejido económico burgalés es que no tiene grandes triunfadores o perdedores porque está muy diversificada. No hay dependencias únicas. Tenemos alimentación animal, medicamentos, agroalimentaria, elementos de construcción, neumáticos, componentes del automóvil... Eso nos hace tremendamente fuertes.