«Parece que el teatro se escribe por, para y con el hombre»

A.S.R.
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Sergio Peris-Mencheta dirige 'Ladies Football Club', la historia real de 11 trabajadoras de una fábrica de municiones de Inglaterra que en 1917 «se reinventan» en el terreno de juego

Las 11 actrices que interpretan a las jugadoras del Ladies Football Club posan junto al director, Sergio Peris-Mencheta. - Foto: Bárbara Sánchez Palomero

Cuando Sergio Peris-Mencheta dejaba de pegarse puñetazos con Jason Statham durante el rodaje de la segunda parte de Megalodón en un estudio de Londres, el actor español canturreaba y escuchaba canciones del folclore británico. Y si a su colega, autóctono de las islas, le sorprendió ese interés por la música popular de su país, más le asombró la historia de las 11 mujeres que crearon un club de fútbol, el Dick Kerr Ladies, en 1917, en plena Primera Guerra Mundial, uno de los clubes femeninos pioneros, que llegó a girar por Estados Unidos, prohibido y condenado al olvido posteriormente. Sobre su historia enciende los focos Ladies Football Club, la nueva propuesta de Barco Pirata Producciones, que el español ensayaba al tiempo que rodaba la película. Llega mañana al Principal (20.30 h., entre 8 y 20 euros). 

«Él mismo se sorprendía de no conocer la historia. Pero no solo él, el productor, el director... No la conocía nadie y es Historia de Inglaterra. Es alucinante que no se conozca...», flipa Peris-Mencheta. 

La descubre él a través de un texto que le manda Steffano Massini. «La historia te engancha por esta parte que tiene maravillosa de iluminar una zona que está en oscuridad, la de estas ladies que estuvieron en la retaguardia, que se quedaron en casa, que ocupan el lugar de los hombres en las fábricas y que acabaron por ocuparlo en los estadios de fútbol. Unas mujeres que no pasaron a la Historia, precisamente, pese a que la hicieron. Me parecía necesaria y, además, un bonito homenaje a nuestras abuelas y bisabuelas, al papel de nuestras mujeres en el árbol genealógico», comparte el director, a quien muchos aún recuerdan por Al salir de clase, y cita especialmente a su abuela Pura. 

Desde el primer momento vio ese monólogo del autor italiano como un texto para 11 mujeres y contado con música, como hizo en el anterior suyo que adaptó, Lehman Trilogy. «Yo solo lo visualizaba con 11 actrices, a pesar del riesgo de hacer una obra con tantos personajes. Ahora es difícil ver a más de cinco actores en escena y más si son actrices. Parece que el teatro está escrito por, para, desde y con el hombre; aquí también está la apuesta por la mujer, y ha sido tan maravilloso que dan ganas de seguir así forever and ever», destaca y advierte que esa decisión implicó igualmente sacar de la oscuridad a algunas de esas 11 colegas: Noemí Arribas, Xenia Reguant (Silvia Abascal, Almudena Cid), Ana Rayo, María Pascual, Nur Levi, Alicia González, Carla Hidalgo, Irene Maquieira, Andrea Guasch, Diana Palazón y Belén González. 

La veía como una historia necesaria y un bonito homenaje a nuestras abuelas y bisabuelas»

«Son once bicharracas, once actrices como la copa de un pino, un reparto muy heterogéneo, con unas edades en las que parece que ya se deja de contar con la mujer, a muchas de ellas hacía tiempo que no las llamaban. En muchos de los casos se han reencontrado con su actriz, y con su cantante, su música, porque cantan, bailan, tocan, escriben... Son unas currantas», ensalza Peris-Mencheta al tiempo que traza un símil con aquellas mujeres que empiezan a trabajar en una fábrica de munición porque había que abastecer al frente y cuando se ponen delante del balón «se reencuentran con una parte de ellas que desconocían y se reidentifican y reinventan fuera del marco de ser una hija, una madre o una abuela, de esa vida planificada y de la que parece que no podían salir». 

«Las hace sentirse especiales, útiles, y, sobre todo, autónomas, ya no dependen del hombre para poder encontrarse como seres humanos. Pueden decidir ser delantero centro, o defensa, o portero, y detrás de cada posición hay una identidad, una manera de comportarse en la vida, que Massini juega muy bien», agrega a través del teléfono un día antes de coger un vuelo hacia Los Ángeles (Estados Unidos), donde desde hace unos años reside. Allí rueda filmes y series, como Snowfall, que le permiten embarcarse en proyectos escénicos, como La cocina, Castelvines y Monteses o Una noche sin luna.

«Para mí actuar es una manera de ganarme la vida y el teatro es una manera de vivir. Como actor me pongo al servicio de contar la historia de otro, y hay veces que me tengo que comer algún sapo que otro, porque tengo que pagar la hipoteca y llenar la nevera, pero como director, nunca jamás he dirigido algo que no me interese», chuta con decisión.