Ha pasado mucho tiempo desde que en julio de 2008 Martinsa-Fadesa se declaró en suspensión de pagos. La constructora, fruto de la unión de dos de las grandes compañías del sector por aquel entonces, dejó tras de sí un reguero de deudas y obras inacabadas como nunca antes había ocurrido. Dieciséis años después, el administrador concursal que guía el proceso de extinción de la firma ha dado un paso más para tratar de colocar todos los bienes y resarcir las deudas pendientes.

Como viene haciendo desde hace meses, ha sacado a subasta ocho lotes con distintos activos que pertenecen a la fase 3.2 del proceso de liquidación. Entre ellos se encuentran seis parcelas situadas en la fallida urbanización Ciudad Jardín Soto Real de Buniel, donde se proyectaron hasta 464 viviendas de todo tipo. Sin embargo, el estallido de la crisis financiera echó por tierra las aspiraciones de la constructora de levantar un nuevo vecindario al pie de la A-62. En la mayoría de estas fincas Martinsa-Fadesa no es poseedora al cien por cien de la titularidad de las mismas, y en ocasiones apenas tiene en su poder un 10% del suelo que saca a subasta.

La más grande es una de 21.845 metros cuadrados -aunque con una edificabilidad de 16.100 m2- en la que se pueden construir 92 adosados. Martinsa-Fadesa es propietaria del apenas el 14% del terreno, que sale a subasta por 71.717 euros. La segunda más grande es una de 18.006 m2 con capacidad para 124 viviendas libres y una zona de uso terciario, con 13.565 m2 para levantarlas y un precio de 251.476 euros. Le sigue otro terreno en el que se proyectaron 72 adosados en 12.600 m2, aunque consta de 17.669 m2  y tiene un precio de 94.402 euros. Las tres restantes tienen una capacidad de 32, 62 y 82 viviendas -entre unifamiliares y libres- y de dos zonas de uso terciario con un valor de salida en la subasta de 188.901 euros, 77.760 euros y 136.611 euros respectivamente (...).

(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de hoy jueves o aquí)