El tráfico de bicicletas no para de crecer y bate su récord

H. JIMÉNEZ
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Solo en el mes de junio la plaza de Vega alcanzó las 2.045 diarias y la avenida de la Paz superó el millar por primera vez en tres años tras la caída sufrida en la pandemia

El puente de Santa María es siempre el medidor más destacado, con enorme diferencia sobre la avenida de la Paz. - Foto: Valdivielso

Puede ser por la subida de los combustibles, por los cambios en las costumbres en la movilidad, por la meteorología favorable o por una suma de factores. Las razones serán múltiples, pero el resultado es contrastable: el tráfico de bicicletas en la ciudad de Burgos no deja de incrementarse a lo largo de los últimos meses. 

Los puntos de medición de aforos situados en los carriles bici de la plaza Vega y de la avenida de la Paz, los dos únicos con los que cuenta la capital burgalesa, han constatado entre enero y agosto (último dato disponible) que la afluencia es cada vez mayor y que se nota en la mayoría de los meses. Además, se ha batido un nuevo récord absoluto mensual que estaba vigente desde el año pasado. Si en junio de 2021 fueron 2.035 los ciclistas que pasaron junto al puente de Santa María, en agosto han llegado a los 2.045. Y hablamos de una intensidad media diaria.

El balance remitido por la Unidad de Tráfico del Ayuntamiento de Burgos refleja que durante los ocho primeros meses del año se registraron 12.293 vehículos de dos ruedas en el medidor situado más cerca de la Catedral y 6.654 en la avenida de la Paz, a la altura del cruce con la avenida de Cantabria. En ambos casos se trata de los datos más altos disponibles desde que se tienen registros en los años 2018 y 2019 respectivamente.

¿Por qué tanta diferencia entre un punto y otro? Los responsables municipales han explicado alguna vez que el carril de la avenida tiene un uso importante de lunes a viernes, vinculado supuestamente a movimientos laborales, mientras que se desploma durante los fines de semana. El del puente, sin embargo, mantiene unas cifras bastante altas durante los fines de semanas porque está situado en el clásico recorrido a la orilla del río que se emplea no solo para ir al trabajo, al colegio o al instituto sino también durante un uso meramente recreativo (...).

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