La obra de la calle Ramón y Cajal se hará en dos fases

Ó.C.
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El Ayuntamiento de Miranda aclara a comerciantes, hosteleros y vecinos que tras las fiestas de septiembre empezarán en el tramo entre Francisco Cantera y El Cid. Pasada la Navidad iniciarán la mejora hasta Comuneros

El tramo donde se realizarán las obras es uno de los más concurridos de la ciudad. - Foto: Ó.C.

Todas las obras causan molestias, pero cuando se hacen en el centro de las ciudades las trabas se multiplican. Esto sucede en la inversión presupuestada para la calle Ramón y Cajal, en la que pretenden ejecutar una rehabilitación integral de 200 metros. En esta distancia, levantan su persiana cada jornada  casi cuarenta negocios, entre comerciantes y hosteleros, y además la zona tiene muchos vecinos. Por este motivo y para paliar los inconvenientes en el día a día, el Ayuntamiento de Miranda ya ha comunicado que ejecutarán esta mejora en dos fases para «reducir el impacto», explican en la zona.

El inicio de la mejora está previsto para mediados de septiembre, una vez terminen las fiestas patronales. Con el final de los actos el día 12, la empresa podrá comenzar, y lo hará, dando continuidad a las obras de 2019 en esta arteria de la ciudad. La adjudicataria empezará en el cruce de la calle Ramón y Cajal con de Francisco Cantera y continuarán hasta la calle El Cid. El tramo equivale aproximadamente a 100 metros. Precisamente en este punto, ya sufrieron la primera actuación, porque ahí dejaron todos los acopios, lo que según el proyecto actual, causó un importante deterioro en el firme.

Dentro de esta primera fase, los trabajos se centrarán en sustituir todo el saneamiento, incluido el colector de la zona, que está «en muy mal estado» tal y cómo comprobó el Ayuntamiento hace más de seis años gracias a una inspección con una cámara. Levantar todo el firme se aprovechará también para canalizar bajo tierra todas las redes de suministros que ahora van por la fachada de los edificios, como las de telecomunicaciones, el gas o electricidad. 

Para estas tareas prevén que los trabajos duren tres meses, tiempo en el que pretenden concluir esta  renovación y también la reurbanización con elementos como las aceras. Una vez finalizado, tampoco abrirán la calle al tráfico, puesto que quedará pendiente un último aspecto: el asfaltado. Este último paso sí que está previsto que se haga a la vez en los 200 metros de calle, cuando todo esté listo para la reapertura.

Por este motivo, aunque en estos cien metros el grueso de las obras estarán concluidas en el mes de diciembre, el plan de la empresa y del Ayuntamiento establece que el tramo permanecerá vallado durante toda la actuación, lo que puede perjudicar a los comerciantes, que temen que los clientes sigan asociando la imagen con las obras, como ya sucedió en 2019 cuando fueron la zona de acopio. 

La empresa espera terminar esta primera fase antes de Navidad, «y si los plazos salen como los tienen previstos», puntualizan en la zona, después de los Reyes Magos continuarán del cruce de la calle El Cid hasta Comuneros de Castilla, para concluir. En la planificación contó la ubicación de las obras, ya que en el centro se acumula una gran cantidad de personas en esas fechas y arrancar las tareas perjudicaría sobre todo a la hostelería.

La empresa repetirá el plan en esta segunda manzana, donde también esperan finiquitar los trabajos en tres meses, por lo que si todo sale como está previsto, pretenden terminar antes de los nueves meses planteados como plazo de ejecución en el proyecto.

Otro de los puntos detallados por el Ayuntamiento y la empresa implica la zona de acopios, que estará colocada en la calle El Cid, entre Ramón y Cajal y Arenal. Ahí irá toda la logística de la obra.Sobre el único garaje perjudicado, dentro de la primera fase los vehículos podrán salir  por lo que ahora es dirección prohibida por Ramón y Cajal, pero cuando actúen en ese segundo tramo, los coches esta previsto que crucen la peatonal calle La Estación para llegar hasta la Ronda del Ferrocarril por el parque Antonio Machado.

La inversión total supera ligeramente los 965.000 euros y también obligará a modificar el trayecto del autobús urbano hacia el hospital y cambiar varias islas de contenedores, que no se soterrarán por las dificultades a la hora de meter bajo tierra todas las redes de suministro, el saneamiento y también los sistemas de recogida de basura. En la parte estética, el proyecto creará aceras más anchas, en especial en uno de los lados de la calle, donde plantean la eliminación de las plazas de aparcamiento existentes.