Bienvenida al agua de marzo donde más cae

R.E.M. / Espinosa
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Espinosa de los Monteros registra la mayor cantidad de precipitaciones de Castilla y León. Una de sus estaciones llega anualmente a los 3.016 litros por metro cuadrado, pero este año apenas se deja ver la lluvia

Espinosa de los Monteros registra el mayor número de precipitaciones y llevar el paraguas es lo habitual. - Foto: Patricia

Sacar el paraguas de casa este año no está resultando tan habitual como de costumbre para los vecinos de Espinosa de los Monteros. Los más previsores no dudan en llevarlo bajo el brazo, pero la sequía generalizada también se ha extendido hasta el pueblo donde más cae de la Comunidad y, como dicen sus vecinos, «ya no es lo que era». El agua ha dejado paso a días más soleados o, al menos, con menos precipitaciones. Eso se ve reflejado al observar el río Trueba y por ello se da la bienvenida a estas lluvias de marzo.

El pasado 2021 las cantidades máximas de lluvia en Burgos se registraron en las dos estaciones de Espinosa de los Monteros, según se informa desde Aemet. Se alcanzaron los 3.227,9 y 2.846 litros por metro cuadrado en cada una de ellas. Son las cifras más altas de la Comunidad, por delante de Tejedo de Ancares (León), donde se alcanzaron los 1.795 litros. Además, la estación que más acumula se sitúa también como la segunda de toda España, solo superada por la ubicada en la localidad de Soba, en Cantabria, que se encuentra precisamente a unos 40 minutos de Espinosa.

Para llegar al siguiente punto más lluvioso en nuestra provincia se debe viajar hasta Castrobarto, del municipio Junta de Traslaloma, en Las Merindades, con 1.175 litros. Históricamente también Espinosa repite como protagonista en cabeza de este listado de pueblos burgaleses más lluviosos. Una de las estaciones de Espinosa llega a recopilar de media anual histórica -que se ha establecido a partir de 1850- hasta 3.016 litros por metro cuadrado en una de sus estaciones. Luego se encuentra, con 2.560,8, el Portillo de Lunada. Y cierra ese pódium precisamente otra de las estaciones ubicadas en Espinosa, con 2.524,8 litros por metro cuadrado.

«Este año no está lloviendo nada», comenta Felipe Rojo, vecino de la localidad, mientras descansa sobre uno de los bancos junto al río en una soleada mañana de marzo. «Esperemos que abril se porte mejor», dice. Acostumbrado a salir a la calle y encontrarse con la lluvia la mayoría de días en estos primeros meses del año, lo que le sorprende es la situación que se está produciendo este año y que define como «anormal». Por ahora tampoco ha pisado la nieve, recuerda, cuando «aquí en Espinosa antes había días con 20 o 30 centímetros».

Tampoco el puesto del mercadillo donde se venden los paraguas nota una demanda excesiva a pesar de que los datos afirman que allí la probabilidad de precipitaciones es alta. «Suele llover mucho, no todos los martes pero bastentes sí», explica Jawad, junto a sus productos. A pesar de ello la venta dice que va «regular» y, mismamente, el pasado martes reconocía a última hora de la mañana que no se habían llevado ni uno. Considera que «la gente ya sale preparada» y el agua no pilla a nadie por sorpresa allí.

Rafa Sánchez, vecino del pueblo y experto en la materia, explica que las precipitaciones «bajan a medida que se va hacia el sur,  en Trespaderne te pueden caer 500 litros, en Medina 700, en Cornejo 800 y en Espinosa 1.000. Cuanto más se sube hacia el norte -te vas alejando de Burgos- llega a los 1.500, 2000 o 2.500». Ahora se está detectando mucha «variabilidad» del tiempo, «sigue habiendo inviernos como los de antes, pero también los hay extremadamente secos». De la misma forma, explica que «el clima impone la forma de vida», de ahí que en puntos como Villarcayo o Medina «sean más planos, llueve menos» y la gente se dedica a la agricultura mientras que a medida que se avanza hacia el norte «la gente se dedica a la ganadería, donde salen los pastos».

Eso sí, Sánchez expresa también  que todavía siguen teniendo temporadas donde «puede estar lloviendo una semana sin parar» y, de hecho, comenta que la plaza de Espinosa es porticada, con arcos protegidos, para poder desarrollar el mercado puesto que llovía a diario. «Sí se nota que este año está cayendo muy poco, pero cuando llueve aquí lo hace en condiciones», manifiesta.

Último gran temporal. En la memoria de los vecinos de esta localidad de Las Merindades aún permanecen los desbordamientos de los ríos y el fuerte temporal que sufrieron a principios del mes de diciembre. La comarca pasó varias jornadas en jaque por el efecto de las fuertes e ininterrumpidas lluvias que llevaron al deshielo rápido de la nieve y obligaron, en consecuencia, a cortar varias carreteras.

Aún se pueden comprobar en el Trueba algunas piedras o ramas que arrastró la fuerza de la corriente. La altura del agua llegó a superar los 2,5 metros y se activaron todas las alertas por el riesgo que suponía. Pero al ver el caudal ahora, Felipe asegura que «por marzo siempre bajaba bastante más agua; se juntaba también que había nieve arriba y había deshielo».

El mes de febrero fue calificado como el segundo más seco del siglo, llegando a una situación extrema en puntos del oeste de la Comunidad. Y las precipitaciones parece que no acaban de llegar con intensidad, lo que se está convirtiendo en un verdadero problema. En los últimos días los cielos sí han amanecido cubiertos y han dejado algo de agua en toda la provincia, aunque parece insuficiente. «El campo necesita agua, y eso aquí, que de Burgos para abajo...», comenta también Felipe desde Espinosa, donde para esta semana sí se esperan lluvias.

En el último informe del Plan especial de sequía alerta de la escasez hidrológica se situaba a los sistemas Pisuerga y Arlanza, además de otros como el Tera, Órbigo, Riaza-Duratón, Támegas-Manzanas, Tormes y Ágeda. Desde la Confederación Hidrográfica del Duero se informa de que la evolución meteorológica de las próximas semanas determinará el impacto de la escasez y lo que ocurra este mes resultará determinante puesto que sus embalses suponen un 19% menos que hace un año y un 8% por debajo de la media de la década.