Todo comenzó como una propuesta entre amigos. Rhett Vorster, profesora de inglés en una academia de Aranda de Duero, escribió a sus conocidos y les pidió que enviaran una postal al centro educativo desde el lugar en el que estuvieran. El proyecto no tardó en extenderse como la pólvora, hasta alcanzar prácticamente todos los rincones del planeta. 

Hoy es el día en el que han recibido unas 500 tarjetas procedentes de Australia, Nueva Zelanda, Hawai, Estados Unidos, Sudáfrica, la mayoría de los países europeos... Entre ellas destacan también 200 postales que les han mandado desde un colegio de Corea del Sur y que están escritas por alumnos de todas las edades. Unas en inglés, otras en español. Zoe, por ejemplo, cuenta que tiene muchas ganas de visitar España y Seo, por su parte, dice que quiere probar la tortilla. 

Algunos han incluido recetas tradicionales de Grecia, otros la historia del calendario de adviento en Alemania... Y en lo que todos coinciden es en compartir sus mejores deseos con los niños arandinos. Todas estas postales, que siguen llegando pese a que la Navidad ya pasó, se pueden contemplar en el escaparate de la céntrica academia, que a la vista del éxito cosechado, ha decidido mantenerlas unas semanas más, junto con las banderas de todos los países. 

Para Rhett, lo más ilusionante de la iniciativa ha sido la involucración de personas que "no tienen ningún vínculo ni con la academia ni con España", lo que a su juicio representa "una historia positiva en estos tiempos extraños en los que vivimos". 

Además, dice, han contribuido a poner a Aranda de Duero "en el mapa de muchas personas que no sabían que existía nuestra villa". Y, por si fuera poco, han aprovechado la repercusión de este proyecto para que los niños arandinos también aprendan un poco más sobre la cultura e historia de otros países.