La irrupción del coronavirus ha cambiado el mundo y el alcance de sus efectos todavía no ha tocado techo. Las consecuencias para las familias se han notado desde el primer día y durante los momentos más duros del confinamiento fueron muchos los hogares que tuvieron que recibir una ayuda para algo tan básico como hacer la cesta de la compra. En Miranda más de 250 familias dependían de Cruz Roja o Protección Civil para recibir los productos básicos para poder alimentarse, aunque lo peor es que en la mayoría de los casos el gesto se hacía por la falta de recursos de las personas a las que se asistía.
Así lo dicen los datos y desde la ONG se trabaja con la idea de que la situación pueda empeorar más con el paso de los meses, cuando los recursos de las personas que estén en ERTE o incluso hayan perdido su trabajo se vayan agotando. El presidente de la asamblea local de Cruz Roja, Manuel Ruiz, explica que con el programa de alimentos de la organización sin ánimo de lucro se ayuda "a 200 familias, que son a las que habitualmente repartimos comida pero sí que es cierto que se está incrementando". Las cifras de momento se contienen puesto todavía se está en ese momento en el que las familias tratan de aguantar y "por ahora estamos ayudando de una manera puntual", afirma Ruiz, que destaca que esta subida de los casos "se ha notado sobre todo al mes y medio de empezar", por lo que ahora queda por saber si es una tendencia que se mantendrá en el tiempo o no.
Al margen de las familias a las que ayudan y la subida que sienten en este estado de alarma, desde Cruz Roja también se ha atendido a cerca de una veintena de mirandeses "que no podían salir por el riesgo de la enfermedad" y eran ellos los que les llevaban la comida. En este tipo de casos se remarca que eran esas personas las que compraban los productos porque tenían "una economía solvente", matiza Ruiz.
Por parte del Ayuntamiento también se habilitó un mecanismo a través de Protección Civil para acercar los alimentos a las viviendas en las que no era recomendable salir de casa, ya fuera por precaución o porque estaban aislados por tener coronavirus. "Lo pusimos en marcha el 11 de marzo y ha durado hasta el 21 de mayo", aclara el concejal de Seguridad Ciudadana, Pablo Gómez, que agrega que "hemos atendido a 48 familias que se corresponden con unas 200 personas entre adultos y menores".
En su caso se afirma que en un primer momento "debido a la urgencia" se empezó a llevar la cesta a todas las personas que lo solicitaban, aunque posteriormente se detectaron casos de necesidad, por lo que los Servicios Sociales han tenido que intervenir. Tras analizar cada problema, Gómez remarca que se dieron 121 ayudas para alimentación a través de vales. Además "se han concedido nueve ayudas de emergencia", informa el responsable municipal, que añade que se han dado el mismo número de ayudas destinadas a cubrir las necesidades básicas "como son los suministros de luz y gas". El gasto que ha supuesto los nueve casos de emergencia ha supuesto un desembolso de casi 40.000 euros.
Banco de Alimentos. La previsión con la que trabajan en Cruz Roja es que la cifra de 200 familias mirandesas a las que reparten alimentos habitualmente se incremente. Para hacer frente a la subida se preparan, aunque durante el estado de alarma "afortunadamente no hemos tenido problemas de suministros", explican en la ONG, en la que agradecen la colaboración de restaurantes, particulares y empresas.En el caso de la comida repartida por Protección Civil, Gómez aclara que los alimentos han procedido también de donaciones, del banco de alimentos de Cruz Roja y del de Burgos, junto a lo que se ha comprado con dinero municipal gracias a las partidas de las que disponen en Servicios Sociales.