El 26 de octubre de 2019, el teatro de la antigua residencia, ahora integrado en el colegio Princesa de España, levantó el telón después de 17 años cerrado. Carro de Thespis estrenaba su nueva obra La ternura y celebraba su treinta aniversario, pero aún faltaban instalaciones, como la iluminación del escenario y otras dotaciones. Pocos días antes, el alcalde, Adrián Serna, anunció que el teatro se habilitaría también como cine, pero la irrupción de la pandemia frenó todas las inversiones en este espacio cultural. Estos días, los técnicos municipales actualizan el proyecto ya redactado desde enero de 2020 con el que este año se concluirá la adaptación de la sala a todo tipo de espectáculos teatrales o musicales, así como un cine de pantalla grande. El sistema de iluminación del escenario, el sistema de sonido y la pantalla de cine con sus accesorios costarán entre 145.000 y 150.000 euros y para tratar de sufragar una parte, el proyecto se presentará a una convocatoria de ayudas de la Junta de Castilla y León sostenida con fondos europeos.
La modernización y gestión sostenible de las infraestructuras de las artes escénicas es el objeto de la línea de ayudas a la que acudirá el Consistorio villarcayés antes del próximo 4 de febrero, en que cierra el plazo de presentación de proyectos. Como la mayoría de ayudas de fondos europeos cuelga del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia impulsado para sortear los efectos económicos de la crisis sanitaria. Esta línea prevé ayudas de entre 80.000 y 200.000 euros y obliga a ejecutar las dotaciones antes de que finalice agosto. No obstante, el alcalde afirma que «recibamos o no la ayuda de la Junta, el cine se estrenará este año y contará con una partida en los presupuestos municipales de 2022». Si no llega la subvención de fondos europeos, se sufragará con fondos propios municipales.
Esta semana, una firma local visitaba el teatro con el regidor y técnicos municipales con el fin de ultimar los detalles de la instalación eléctrica que ya avanzaron los trabajadores municipales, quienes colocaron neones de luz blanca y de colores en el perímetro superior o en las escaleras de acceso al escenario. Sería la primera tarea antes de instalar todo el equipo de sonido y de iluminación para espectáculos, que junto a la pantalla de cine, completarán la adecuación del antiguo teatro. La pantalla podría ser retráctil o fija. La fija sería la mejor opción, pero siempre que no reste mucho espacio al fondo del escenario.
Desde 2016. El futuro cine y teatro de Villarcayo cuenta con 342 localidades, que incluyen espacios libres en las primeras filas para personas en sillas de ruedas. Su adecuación arrancó durante el mandato de Miguel de Lucio, quien a finales de 2016 acordó destinar 56.000 euros a la reparación de la cubierta. Con ello se buscaba acabar con las goteras y los graves problemas de humedad que dieron lugar a que se desprendiera el falso techo. Serna recuerda que la primera vez que volvió al teatro, al que no entraba desde los 14 años, estaba en un estado lamentable. Pero pensó «lo mismo que cualquier villarcayés al que le preguntes, que era el mejor lugar para un cine».
Ya en 2018 se renovó todo el patio de butacas, el suelo y el escenario, en los que se invirtieron 104.600 euros. En 2019 se dedicaron otros 60.000 al sistema de calor, electricidad, sistema de extinción de incendios, sonido y otras cuestiones técnicas.