La vieja fábrica Mifer, ubicada en la carretera de Arcos que tantos quebraderos de cabeza ha dado al Ayuntamiento de Burgos y a los vecinos de los edificios cercanos, ya es historia. Los trabajos comenzaron a mediados de septiembre y se han prolongado durante estos meses.
La retirada del amianto de las cubiertas ha sido lo más complejo y poco a poco las máquinas han ido reduciendo a escombros la factoría. Únicamente ha quedado un pequeño muro junto al bloque de viviendas anexo para evitar la entrada de humedades durante las vacaciones de Navidad, en las que se pararon los trabajos.
Todavía quedan por retirar algunos escombros, lo que se hará en los próximos días. Por el momento, nada se sabe del destino que tendrá el solar en el que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) permite la construcción de 40 viviendas.