Las adopciones de animales suben en Miranda un 13% en 2021

JUNIOR VIEIRA
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La Protectora encontró una familia para un total de 77 mascotas respecto a las 68 del año 2020. La organización funciona a través de casas de acogida y recalcan que el trabajo tiene un carácter completamente altruista

Lourdes durante uno de sus paseos matutinos con los tres perros. - Foto: J.V.

La Protectora Miranda Animal Protección Animal (MAPA) dio en adopción durante el año 2021 un total de 77 mascotas. Una cifra un 13% superior a la registrada en 2020, cuando las voluntarias las encontraron un hogar hasta en 68 ocasiones. Este aumento se vio reflejado en el número de actuaciones de la protectora y durante el año pasado se recogieron 75 animales frente a los 63 de 2020, un 19% más. Todos ellos residen en casas de acogida hasta su adopción y el trabajo de la organización es completamente voluntario. 

El número se desglosa principalmente en perros y gatos, a pesar de que  la protectora también cuenta con conejos, hámsters e incluso agapornis. La cifra de canes adoptados en 2021 fue de 40, casi el doble respecto al año anterior cuya cifra se quedó en 25. Esta situación contrasta en lo referido a los felinos, cuya acogida ha bajado de las 43 de hace dos años a 37 durante 2021.

Estas adopciones suelen crecer en las fechas navideñas, aunque «este año quizás menos que otras veces», explica Lucía Guinea, trabajadora de la plataforma. Muchas personas llaman a la protectora con la intención de acoger a un animal y «dicen claramente que para regalo de reyes», añade. Muchas veces en estas conversaciones «se pueden haber expresado mal» y aclara que «siempre se hace la entrega fuera de esas fechas». 

El proceso de adopción tiene una duración estimada de «cinco o seis días». Los animales en cuestión se publican en la página de Facebook de la asociación. «Las personas interesadas tienen que enviar un correo y nosotras les proporcionamos un cuestionario con las preguntas para conocer al adoptante», explica Guinea, quien añade que «luego hacemos una visita al domicilio para ver en que tipo de entorno va a vivir el animal y conocernos en persona». Estos se dividen en «tutorías» para que la familia pueda tener una persona con la que contactar ante cualquier tipo de duda o cuestión. 

Uno de los principales problemas de la adopción reside en las primeras semanas con el animal. «Lo habitual son llamadas de que no pueden hacerse cargo de el perro», lamenta Guinea. Desde la protectora explican que «muchas veces se quiere tener una mascota y no se mira más». 

Un trabajo voluntario. Una protectora funciona de manera diferente al de una perrera. Mientras que los trabajadores de esta última tienen un sueldo, la labor de las primeras es completamente altruista. MAPA  no cuenta con un refugio propio en Miranda, sino que funciona a través de las casas de acogidas repartidas a lo largo de la ciudad y pueblos cercanos.

«Yo soy la mayor casa de acogida que tiene MAPA», explica Lourdes Guinaldo, una de las voluntarias de la protectora. Actualmente «hay muy pocas»  y hasta 20 animales han llegado a convivir en la vivienda de Guinaldo. La mayoría son gatos, pero también hámsters o muchos perros. Tres de estos últimos son Beltxa, Bulma y Mia, unas mascotas que aún buscan una familia que les de un hogar y que hasta que la encuentren, conviven con ella. La voluntaria recalca que «los medios de la protectora son muy limitados», y añade que «si tú te encuentras un animal y te lo puedes quedar en casa hasta que encuentre un hogar, perfecto». Desde la organización asumirían el «cargo del gasto veterinario», pero explican que «el problema es que no tenemos donde tenerlos».

ARCHIVADO EN: Mascotas, Miranda de Ebro