Unas 6.800 burgalesas están afectadas por la endometriosis

G.G.U.
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La asociación que aglutina a diagnosticadas y familiares en Burgos aprovecha esta semana para dar visibilidad a la enfermedad. Los casos profundos son muy invalidantes, pero, en general, todas conviven con dolor pélvico crónico

Yasmina de Cea (izquierda) y Cati Gallardo, las dos diagnosticadas de endometriosis tras 20 años de calvario. - Foto: Alberto Rodrigo

Una de cada diez mujeres en edad fértil tiene endometriosis, por lo que se estima que unas 6.800 burgalesas están afectadas por esta enfermedad de causa desconocida y que se caracteriza por el dolor intenso en cada menstruación, en las relaciones sexuales y, de forma crónica, por el dolor pélvico. A estos síntomas, muy invalidantes, se añade que es una causa frecuente de infertilidad. Las repercusiones en la vida son múltiples, pero quienes la sufren denuncian que hay desconocimiento del tema, incluso en los servicios sanitarios. Y por ese motivo, aprovechando que este lunes es el día mundial de la endometriosis, la asociación que aglutina a diagnosticadas y familiares en Burgos (AMEF), ha organizado unas jornadas divulgativas.

La presidenta, Cati Gallardo, explica que hay mujeres con endometriosis que ni siquiera lo saben. En ocasiones porque igual no tienen síntomas, pero otras veces la ignorancia se explica por el mantra con el que se ha educado a las mujeres: «Te dicen que es normal que la regla duela y te lo crees. Pero si te duele la espalda o la cabeza, vas al médico y esto debería ser igual, porque la endometriosis afecta a muchísimas mujeres y tiene mucho impacto en la calidad de vida y no solo ginecológico; puede afectar a otros órganos».

El presidente de la Asociación de Ginecología y Obstetricia de Castilla y León (SOGICyL), Javier Martínez-Guisasola, corrobora las palabras de Gallardo, afirmando que «antes se hablaba de 'los dolores de la mujer' y se entendía como algo normal, cuando la mujer no tiene por qué tener dolor». Y añade que la endometriosis tiene una incidencia alta -«es un problema social»- y al alza, por varios factores: los tabúes en torno al ciclo menstrual y lo que conlleva van cayendo, pero también porque han mejorado las técnicas diagnósticas -sobre todo, la ecografía- y al haber más demanda de reproducción asistida, se investiga más sobre las causas de la infertilidad y «en un 20% o 25% de los casos vemos que es la endometriosis». Apunta que ahora también se está relacionando con el estrés, aunque la causa concreta de la enfermedad no se conoce. «La teoría es que células del endometrio migran a través de las trompas y caen en la cavidad abdominal. Lo habitual es que lo hagan encima de los ovarios, por lo que esas células se estimulan con el ciclo y van formando un quiste que crece regla a regla», dice, explicando que por eso pueden pasar años hasta el diagnóstico.

Ese fue el caso de Cati Gallardo y de la también socia de AMEF Yasmina de Cea: las dos pasaron un calvario de más de veinte años hasta que supieron el porqué de esos dolores que les impiden hacer una vida normal y que les ha obligado a pasar por el quirófano. A De Cea se le extendió de tal manera -le quitaron un quiste de 12 centímetros y otro de 4- que le afectaba al estómago, intestino y vejiga. 

Pero la endometriosis no se cura; lo más que se puede hacer es dar medicación para tratar de evitar las reglas y el crecimiento del quiste. Y luego, tratar el dolor con analgésicos. «Otra cosa es que lo podamos quitar», dice Guisasola, insistiendo en que es una enfermedad «muy invalidante».