La ejecución de los 60 kilómetros del Camino Natural del Santander-Mediterráneo, conocido popularmente como la Vía Verde, a su paso por Las Merindades, concluirá a finales de julio. Así lo avanzó el pasado noviembre DB y así lo confirmó hace pocos días a los alcaldes y ediles de los siete municipios del trazado el técnico del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Roberto Peña Muñoz. Por ello, los regidores y el Ceder Merindades ya han comenzado a pensar en la futura fórmula de mantenimiento de esta infraestructura.
Salvo que se agudizaran los problemas de abastecimiento de madera y acero necesarios para concluir la tarima y las barandillas de los 16 puentes y el viaducto de recorrido, el Ministerio y la empresa Tragsa que ejecuta las obras junto a otras contratas confían en cumplir esta previsión. Así la Vía Verde llegará medio año más tarde de lo previsto y alargará su ejecución más de tres años y medio, un retraso achacable a la pandemia.
A pesar de la demora, la presidenta del Ceder, Nuria Ortiz, destaca que «todos estamos contentos» y como desde el Ministerio y Tragsa señalaron la «buena disposición para buscar soluciones a las incidencias que ha habido en estos años».
Los alcaldes aprovecharon para plantear algunas pendientes y reiterar que el mantenimiento lo harán de forma conjunta. La fórmula no está cerrada, pero si se ha decidido hablar con el consorcio que ya gestiona el mantenimiento de Sotopalacios a Castellanos de Bureba para valorar una incorporación al mismo, una vez se conozcan sus condiciones. Otra opción sería la gestión independiente del tramo de Merindades.