La obra tenía que estar terminada este agosto, cuando se cumple el año desde la adjudicación, pero lo cierto es que ocho meses después no hay nada del nuevo puente sobre el río Arlanzón en San Millán de Juarros (BU-V-8002), únicamente un pequeño movimiento de tierras, y lo peor es que la Diputación tendrá que volver a licitar la obra porque la adjudicataria no tiene intención de continuar adelante por problemas en el suministro de acero y el alto precio que está alcanzando este material.

Este contrato de ejecución de las obras del nuevo puente de San Millán de Juarros no es el primero ni será la último que se resuelva en los próximos meses por la falta de suministro de material o por la subida de precios, pero lo llamativo de este caso es que la adjudicataria, la Unión Temporal de Empresas (UTE) integrada por las compañías Padecasa yConstrucciones Sarrión, se hizo con ese contrato por ser la oferta más baja de las seis que se presentaron.

La baja de su oferta fue del 31,5% por ciento con respecto al presupuesto base de licitación, de 2.698.450 euros, lo que supuso un ahorro para las arcas provinciales de 850.000 euros. Con lo que no contaba la UTE cuando presentó esa oferta era con la subida del precio del acero, aproximadamente un 49% desde que se adjudicaron las obras y con el problema de suministro de este material, dos factores que han propiciado la renuncia a continuar con la obra. 

Lo cierto, aunque la excusa la guerra de Ucrania declarada hace dos meses, es que la UTE adjudicataria en los ocho meses transcurridos desde que se hicieron con el contrato tan solo han realizado un pequeño movimiento de tierras y limpieza de la zona, trabajos que han sido valorados en 50.000 euros, afirma José Antonio de los Mozos, diputado provincial responsable del servicio de Carreteras, quien apunta que la subida de precios y la escasez de material está afectando a muchas obras en los pueblos. 

«En muchos casos las empresas se tiran a la piscina con bajadas de precios en sus ofertas y luego dicen que no lo pueden hacer», lamenta el diputado, quien recuerda que hay un Real Decreto del Gobierno central que obliga a la revisión de precios «ante esta subida extraordinaria, el problema es que nuestras obras no tienen fórmula de revisión de precios», matiza.

La intención del equipo de gobierno de la institución provincial, una vez resuelto el contrato de mutuo acuerdo, es licitar el proyecto de nuevo «por el mismo importe que el año pasado, ya que sin la baja del 31,5% que se registró la obra es perfectamente asumible», apunta De los Mozos, quien afirma que «la resolución del contrato es la solución más rápida para retomar los trabajos y poder materializar un proyecto largamente demandado por los vecinos de la comarca y usuarios de esa carretera». De los Mozos reconoce que ahora mismo hay problemas de suministro de acero en toda España, «y este material tiene un peso muy importante en un puente nuevo».

Otro proyecto listo. La licitación de nuevo del puente de San Millán, indica De los Mozos, coincidirá en el tiempo con las obras de viaducto que se construirá en Tordómar, proyecto que ya se ha entregado a la Diputación y que será revisado para ajustar los precios del acero a la situación actual del mercado, indica el diputado responsable de Carreteras, quien afirma que también se está registrando problemas con la subida de precios que están experimento los betunes y mezclas bituminosas, casi un 60% en relación al año pasado, empleados en el asfaltado.

El proyecto del puente de Tordómar, que cuenta con el visto bueno de Medio Ambiente y de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), saldrá a licitación por dos millones de euros. «Vamos a licitar estos dos puentes en mayo y confiamos en que los proyectos de mejora y conservación de la red de carreteras provincial de las zonas norte y sur, valorados en tres millones de euros y que están en licitación, sean atractivos para las empresas, pero la situación actual y la subida de precios no invitan al optimismo», indica De los Mozos. 

El nuevo puente sobre el Arlanzón, que sustituirá al medieval de San Millán, se construirá muy próximo a este, con una longitud de 125 metros y un tablero de 11,30 m, con 6 de ancho de calzada. Se plantea mediante vigas prefabricadas de hormigón, con una longitud total de 125 metros distribuidos en 5 vanos de 25 metros de luz, lo que supone cuatro pilas de apoyo del tablero situadas en el cauce y dos estribos. Será, según detalla la memoria del proyecto, una variante de 430 metros de la BU-V-8002 para mejorar la visibilidad y seguridad de los que transitan por este vial, de la que 125 metros se corresponden a la estructura del nuevo puente y el resto a accesos de conexión con la actual carretera.