La noticia de que Montefibre quiere entrar en la fase de liquidación no ha sorprendido a los agentes socioeconómicos de la ciudad. Igualmente, tampoco a los trabajadores de la entidad. De hecho, muchos de ellos esperaban con ansia que se oficializara la decisión para encauzar su futuro y dejar de «trabajar gratis». Eso sí, el proceso que comienza está sumido en una total incertidumbre. «La única seguridad que tenemos es la de que no vamos a cobrar», argumentan. 

Durante los últimos meses, los empleados han desarrollado su actividad sin recibir su salario. «Se abandona a las familias y a los trabajadores teniendo cinco meses sin cobrar», explican. Según dicen, el Fondo de Garantía Social no podrá cubrir «toda la deuda». Por ese motivo, los mirandeses contratados por Montefibre se ven obligados a «seguir asistiendo a nuestro puesto sin ninguna garantía ni seguridad». Ahora bien, por desgracia, una cosa tienen clara: jamás se les entregará el dinero que les corresponde.

Todas las miradas apuntan, desde hace algún tiempo, a Praedium. El grupo presidido por Alfonso Cirera tomó las riendas deMontefibre allá por el año 2017 y, a partir de ese momento, «se ha cobrado tarde, mal y nunca». El comité de empresa recuerda que en su día visitaron el Ministerio de Industria y el ente público les expuso que se trataba de «un proyecto muy bueno». Pese a ello, para desarrollar aquella iniciativa que consistía en revolucionar la producción de la empresa y apostar por la fibra de carbono, «solo faltaba capital». A ojos de los trabajadores, «ese capital es el que nunca ha puesto Alfonso Cirera».

La situación en la actualidad ha tomado unos tintes muy negativos. Los empleados que aún dependen de Montefibre aseguran que «no sabemos qué va a pasar con nosotros» (...).

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