Retoman los cribados de prevención de cáncer de mama y útero

GADEA G. UBIERNA
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El de detección precoz de tumores de colon se reactivará en septiembre, por la dificultad de hacer colonoscopias con seguridad

Si la mamografía del cribado detecta un tumor sospechoso, la paciente se deriva al HUBU para más pruebas. - Foto: Valdivielso

El servicio territorial de Sanidad ha empezado a citar otra vez a las mujeres que este año deberían hacerse una mamografía dentro del programa de detección precoz del cáncer de mama, que la Junta ofrece de forma sistemática a todas aquellas con edades comprendidas entre los 45 y los 69 años. La explosión de la pandemia de coronavirus obligó a interrumpir este cribado preventivo, así como el dirigido a la detección temprana del cáncer de cuello de útero y de colon, que se retomarán progresivamente. Mientras que en el primero de ellos la idea es volver a tomar muestras para la realización de citologías desde el próximo miércoles, 10 de junio, en el segundo se ha decidido esperar hasta septiembre, para tratar de garantizar seguridad plena durante las colonoscopias.

Estos tres programas son uno de los pilares del área dedicado a la salud pública en la Consejería de Sanidad, desde marzo volcada en la contención de la pandemia del SARS-CoV-2. Pero a medida que las cifras de transmisión del virus mejoran, se va avanzando en la recuperación de normalidad. Y de ahí que se haya considerado que no se podía demorar más la realización de unas pruebas que, en el caso de la patología mamaria, han demostrado su eficacia para detectar entre el 90 y el 95% de los tumores en fases tempranas, cuando la tasa de supervivencia es muy alta.

Así, se decidió comenzar por este programa, aunque no como antes de la eclosión de la pandemia. Fuentes oficiales del servicio territorial de Sanidad explican que las citas para las mamografías están «muy dirigidas» para evitar concentraciones de personas en las instalaciones, en el paseo Sierra de Atapuerca. «Se va despacio como garantía», explica el responsable de este departamento en Burgos, José Antonio Miranda.

Este cribado detectó 1.288 nuevos cánceres de mama en 2018, que es el último año sobre el que hay cifras oficiales completas. En porcentaje, suponen un 7,5% del total de mamografías realizadas a las 17.099 mujeres que participaron en el programa, de periodicidad bienal. Siguen siendo muchas menos de las que deberían acudir, ya que, según las cifras de población que el INE estima para las franjas de edad aludidas, cada año deberían hacerse esta prueba diagnóstica unas 31.200 burgalesas.

Mucho más baja es todavía la participación en el cribado del cáncer de cuello de útero, que consiste en la realización y análisis de una citología (una muestra de tejido) a mujeres de entre 25 y 34 años con relaciones sexuales, para ver si hay células cancerígenas. A partir de los 35 años -y hasta los 64- lo que se hace es una determinación de dos tipos del virus del papiloma humano que se sabe tienen relación estrecha con el desarrollo de un proceso oncológico en el útero y, en función de los resultados, puede añadirse una citología. 

‘invitación’ por carta. Hasta 2018 se estimaba que estaba participando un 37% de la ‘población diana’, en muchos casos por puro desconocimiento de esta iniciativa. Así, Sanidad decidió iniciar una campaña de captación por carta que conllevó un aumento exponencial: de 7.804 a 11.149 mujeres. Ahora se continuará con ese procedimiento de ‘invitación-recordatorio’, a partir del 10 de junio solo con las citologías para quienes tengan entre 25 y 34 y, si todo va según lo previsto, desde el 1 de julio se completará con las cohortes de más edad y la realización de las dos pruebas: determinación del virus del papiloma humano y citologías en los casos pertinentes. 

Y ya, a primeros de septiembre, se volverán a recoger muestras de heces para la realización del test de sangre oculta, que alerta de la posible existencia de lesiones precancerosas (pólipos) y/o tumores en el colon que aún no dan síntomas. Está dirigido a hombres y mujeres de entre 50 y 69 años que, en función de los resultados del análisis, pueden ser citados para la realización de una colonoscopia que confirme la lesión y de qué tipo es.

Y mientras, seguirán haciéndose las pruebas de detección de enfermedades congénitas en la primera infancia y las sorderas infantiles, que no se han parado.