El espectáculo natural más llamativo del Valle de Caderechas y de los más visitados de la provincia se hará de rogar. Las primeras flores de los miles de cerezos de la zona podrán contemplarse a partir de la segunda semana de abril, aunque para disfrutar del máximo esplendor de la floración habrá que esperar, como mínimo, hasta «mediados de mes», según las previsiones de Juan José Gandía, fruticultor y presidente de la Asociación de Productores y Comerciantes.
Para la tranquilidad de los fruticultores, después de tres campañas seguidas adelantándose y una última que se echó en parte a perder por el exceso de calor, el año «viene normal», con frío en invierno pero no demasiado durante las últimas semanas, por lo que la yema de los árboles, que ya ha brotado, «no ha sufrido y se desarrolla como debería».
Las heladas registradas en las madrugadas de enero y febrero no han afectado a los frutales ni tampoco repercutirán en la cosecha, y aunque todavía sea demasiado temprano para especular con que si llegará o no cargada de fruta, los agricultores aseguran que la mayoría de los cerezos presentan un «estado fuerte». No obstante, un pequeño porcentaje de los árboles plantados en las tierras más secas sí han sufrido la falta de agua y por lo tanto «están más expuestos a que las posibles bajadas extremas de temperaturas que otros años se han dado bien entrada la primavera acaben con su cosecha», añade Gandía.
Respecto a la sequía en el Valle, el productor explica que «ni las nevadas que han caído semanas atrás han conseguido que mane agua de los arroyos y tendrá que llover mucho en abril para que broten las fuentes naturales, que a día de hoy permanecen secas». Sin embargo, este hecho que tanto afecta a otras especies vegetales no repercute en el desarrollo de los cerezos, que con «el frío se quedan en un periodo de parada vegetativa donde la savia deja de circular en su interior y apenas necesitan absorber líquido», añade.
Consciente de que el tiempo cambia de un día para otro y siempre pendiente de los termómetros, teme que se produzca una drástica bajada de temperaturas típica de la época del año que amenazaría no solo a la producción de la cereza, también a la de otras frutas como la pera o manzana. Cuanto más frío se registra, mayor porcentaje de flores congeladas y menos producción. En las últimas anualidades, las zonas bajas de Caderechas han soportado campañas realmente desastrosas al perder en torno a la mitad de la fruta con las heladas tardías. Por otro lado, un enemigo amenaza también las cerezas durante los meses de verano. El calor extremo del año pasado truncó la excepcional campaña al impedir que alguna variedad del fruto se recogiera porque se mermó y arrugó.
Centro de interpretación. Los viajeros atraídos por el manto blanco que cubrirá buena parte del Valle podrán visitar el Centro de Interpretación de Caderechas, ubicado en Salas de Bureba. El espacio forma parte de la Red de Museos Vivos y se puede acceder gratuitamente y por libre.