Otro invierno sin gripe

GADEA G. UBIERNA
-

Por segundo año consecutivo, no ha habido epidemia estacional ni se ha ingresado a nadie en el HUBU a causa de este virus

El inicio de la campaña de vacunación contra la gripe estacional originó largas colas en los centros de salud de la capital el pasado otoño. - Foto: Jesús J. Matías

En el último invierno sin noticia alguna de la existencia de un nuevo coronavirus transmisible entre humanos, el de 2019, el HUBU ingresó a 295 personas a causa de la gripe, de las cuales 95 (el 32,2%) tuvieron que ser trasladadas a la UCI por complicaciones de esta enfermedad vírica y común, pero que todos los años provocaba muertes en Burgos. En 2019 fueron cinco, pero en el 2017, cuando la epidemia estacional llegó a comprometer la actividad de varios servicios del complejo asistencial con una incidencia a 7 días de 417 y 134 casos graves, se certificaron treinta defunciones. Aquellos inviernos se consideraron 'duros'; ahora, la pandemia por covid no solo ha minimizado el impacto de estos datos, sino que también parece haber acabado con las epidemias de gripe: es el segundo en el que no hay.

Hay tanta información y tan detallada sobre la circulación de los virus gripales porque hace décadas que se organizó un sistema de vigilancia específico -la red centinela- para detectar a tiempo el comienzo de las épocas de repunte en España-casi siempre, finales de diciembre o mediados de enero- o potenciales pandemias como la de 1918, con la mal llamada 'gripe española'. Los puntos de muestra están repartidos, pero la información la recopila y procesa la sección de Epidemiología del servicio territorial de Sanidad, desde el que corroboran que estamos dejando atrás otro invierno sin epidemia.

Eso no quiere decir que no haya virus gripales circulando, sino que lo hacen tan escasamente que la incidencia acumulada no supera el umbral de 50 infecciones por cada cien mil personas y, por lo tanto, no se considera epidemia. La jefa de servicio, Dolores González, así como la epidemióloga Isabel Carramiñana, recuerdan que la campaña de gripe empieza en otoño y termina a finales de la primavera siguiente. Así, en las últimas semanas de 2021 se detectó «una suave onda», pero ahí se quedó. En las cinco primeras semanas de 2022 apenas se han detectado positivos en la red de médicos centinela. Y no es porque no se hayan buscado: 451 muestras se tomaron en la segunda quincena de enero en toda Castilla y León y todas dieron resultado negativo en virus gripales. En la primera de febrero, la última de la que hay datos, se encontraron dos positivos en la Comunidad, uno en muestra no centinela.

Una circulación tan insignificante conlleva ausencia de hospitalizaciones en el HUBU por gripe y, por lo tanto, también la inexistencia de casos graves, que son aquellos en los que, además de comprobar mediante test diagnóstico la presencia de un virus gripal, hay ingreso en UCI por fallo multiorgánico, presión arterial baja de forma prolongada (shock séptico) y/o neumonía. En la Unidad de Cuidados Intensivos este invierno solo han visto complicaciones por covid; por gripe, nada

Razones variadas. González y Carramiñana explican que no hay una única razón, sino que pueden ser varias. Una es que la predominancia del SARS-CoV-2 en el ambiente impide o dificulta mucho la circulación de otros virus típicos de la época, como pueda ser el sincitial (que provoca bronquiolitis en niños) o los rinovirus (los de los catarros, que sí están moviéndose). Otro motivo de peso es el uso generalizado de la mascarilla, especialmente en interiores, donde es más fácil contagiarse; máxime en virus que se diseminen a través de gotas de saliva, al estornudar o al hablar.

Para múltiples expertos una tercera razón sería el lavado frecuente de manos que se ha impuesto desde el comienzo de la pandemia, que reduce el riesgo de infección.  Y en este sentido también hay quienes apuntan a las medidas de distanciamiento interpersonal interiorizadas con la irrupción de la covid, así como la ventilación. 

Con independencia de las razones, la realidad es que el invierno de 2022 avanza sin que se haya producido la superposición de la epidemia a la pandemia.