Ballena blanca, alfombra roja

A.S.R
-

Goyo Rodríguez gana el Premio Anuaria a la Mejor Ilustración por 'Moby Dick' y mete entre los finalistas a 'El retrato de Dorian Gray', ambos en la colección 'Clásicos a medida' de Anaya

Ballena blanca, alfombra roja

La gran ballena blanca se convierte de nuevo en pareja de Goyo Rodríguez en su paseíllo por la alfombra roja. El diseñador burgalés se cuelga el Oro en los Premios Anuaria a la Mejor Ilustración por Moby Dick, la gran aventura de Herman Melville publicada por Anaya en su colección Clásicos a medida. Los galardones, que celebran su edición número 27 y son entregados por esta plataforma de la que forman parte asociaciones de profesionales, festivales y otros referentes del sector, tocan con su varita lo mejor del diseño gráfico nacional en distintas categorías. Y en lo más alto de ese olimpo se encuentra este trabajo. Pero no solo. Porque el mismo creador consigue una mención para El retrato de Dorian Gray, una edición del clásico de Oscar Wilde de esa misma colección. 

«Estoy muy contento. Son dos libros que me están dando muchas alegrías», señala el ilustrador a través del teléfono desde la localidad asturiana de Candás, donde reside desde hace unos años, aunque sin perder nunca el vínculo con su ciudad natal, a la que lamenta estar tardando en volver debido al cierre perimetral de ambas comunidades. 

No es la primera medalla que Moby Dick cuelga en el cuello a Goyo Rodríguez. Hace casi un año ganó la de plata en los Premios Europeos de Diseño, uno de los reconocimientos más relevantes de este sector en el viejo continente.

Para el autor son especialmente relevantes estas distinciones a Moby Dick porque con su ilustración arriesgó lanzándose a unas aguas nunca navegadas antes y ha llegado a buena orilla. «Cambié completamente el registro que tenía en mis ilustraciones, me decidí por hacer un dibujo más manual, más trabajado, que diera más importancia al concepto y huyera del naturalismo del que se suele tirar para los clásicos de la literatura. En los dos libros traté de hacer unas ilustraciones que fueran realistas, pero con un poso conceptual como protagonista. Y que sean estas obras las que tienen reconocimiento quizás significa que acerté en el camino», anota feliz de que sus brujuleos por los distintos vericuetos de la ilustración y sus pasos hacia adelante den en el clavo.

Y es que de sus palabras se desprende que jugar con los clásicos es un reto. «Todo el mundo tiene en la cabeza un registro, una iconografía, y es complicado tratar de alejarse de ella, pero que a la vez sea reconocible», sostiene y agrega que él busca reflejar la esencia de la historia y huir de la imagen anclada en el imaginario colectivo cuando de Moby Dick o Dorian Gray se habla.